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Renfe tendrá que pagar una multa de 700.000 euros por un incendio que arrasó 389 hectáreas

La compañía mantiene su inocencia y continuará litigando ante el Tribunal Superior

Renfe ha sido obligada a hacer efectiva la sanción de 700.000 euros que le impuso en abril la Consejería de Medio Ambiente por un incendio que el 20 de julio de 2000 arrasó 389 hectáreas de monte a lo largo de la vía férrea Madrid-Irún. Esta multa, la mayor que ha impuesto la consejería, se fundamenta en la sospecha de que el incendio fue causado por las chispas que despedía un Talgo. Pero Renfe, que siempre ha negado su responsabilidad, continúa adelante con el recurso contencioso-administrativo que interpuso entonces ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Renfe tendrá que pagar los 700.000 euros de multa (116 millones de pesetas) porque, en contra de lo que pidió la compañía ferroviaria al presentar el recurso, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado suspender la ejecución de la sanción en espera de la resolución final del recurso. La vía judicial sigue, pues, abierta.

La compañía ya ha ingresado en las arcas de la Consejería de Hacienda el montante de la multa, según confirmó Antonio Lucio, director general de Promoción y Disciplina Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente. Si la resolución final del recurso fuera favorable a Renfe, Hacienda estaría obligada a reintegrar los 700.000 euros. También se va a ejecutar la segunda parte de la sanción, que obliga a Renfe a elaborar un plan de reforestación de las 389 hectáreas que arrasó el fuego, según confirmaron fuentes de la compañía.

Pero la ejecución de la sanción no significa que Renfe haya admitido su responsabilidad en los incendios. La compañía continúa manteniendo que los siete focos de fuego que se detetectaron entre Valdelatas, a la salida de Madrid, y Braojos, a 80 kilómetros de la capital, todos ellos a lo largo de la línea Madrid-Irún, no fueron provocados por una chispa procedente del tren Talgo que realizaba ese recorrido.

'La locomotora fue enteramente revisada en Irún y en Madrid después de los incendios, y los técnicos de Talgo llegaron a la conclusión de que las chispas no procedían de ella', apuntaron fuentes de Renfe. Las mismas fuentes reconocieron, sin embargo, que las locomotoras diesel del tipo de la que circulaba por la vía Madrid-Irún el 20 de julio de 2000 sí pueden provocar chispas por el rozamiento de las ruedas con las vías, y por el rozamiento de los discos de freno, al frenar.

Para Medio Ambiente, el hecho de que el Tribunal Superior de Justicia haya ordenado el pago de la sanción demuestra que 'las multas están hechas para pagarse, y de hecho, se pagan', en palabras de Antonio Lucio. 'El Tribunal ha considerado en este caso que el interés público era más importante que el posible perjuicio que causa a la empresa el pago de la multa antes de la resolución final del recurso', añadió.

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La cadena de incendios de aquel 20 de julio de 2000 se desató sobre las cinco y media de la tarde. El más grave ocurrió en las laderas que rodean al monte del Pendón y arrasó 260 hectáreas de los términos municipales de Navalafuente, Bustarviejo y Miraflores de la Sierra. Los vecinos de esas zonas aseguraron el día del siniestro que vieron pasar un Talgo que lanzaba chispas. Las llamas no se extinguieron hasta 11 horas después, tras la intervención de ocho helicópteros y más de un centenar de bomberos de la Comunidad de Madrid.

Tras recibir la llamada del teléfono de emergencias 112, el centro de coordinación de Renfe ordenó al maquinista del tren que parara en la próxima estación, que era Robregordo. Allí, el maquinista y un técnico de Talgo inspeccionaron visualmente el convoy. Se centraron en los ejes de todos los vagones y de la propia máquina. No hallaron ninguna anomalía que pudiera lanzar chispas al monte, por lo que decidieron que continuara viaje hasta Irún (Guipúzcoa), tras haber estado parado en Robregordo casi 50 minutos.

Éste no fue el único incendio supuestamente provocado por un tren aquel verano. En junio, se registraron otros dos siniestros, cuyos focos se originaron también junto a las vías de la línea Madrid-Irún. Se quemaron 20 hectáreas en Miraflores de la Sierra y Soto del Real.

Durante el presente verano también se han producido incendios junto a las vías del tren. El pasado martes ardieron 20 hectáreas a la altura de Torrelodones. Un incendio por el que la Consejería de Medio Ambiente ha abierto otra investigación. 'Se trata de un incendio que una vez más se produce en las inmediaciones de las vías del tren. Si de la investigación se desprende que es responsabilidad de Renfe, procederemos con toda la dureza administrativa', advirtió ese día el director general de Protección Ciudadana, Eduardo San Román. Renfe niega, de nuevo, que uno de sus trenes haya sido el causante de este incendio.

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