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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

'Queremos mejorar, pero no crecer'

Sin alardes y con algo de autocrítica, los organizadores del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), los hermanos Morán, José y Miguel, realizaron ayer el balance de la octava edición del evento, cuando apenas faltaban unas horas para la culminación de los conciertos.

'Nuestro objetivo no es crecer, sino mejorar', repitió hasta en tres ocasiones Miguel Morán ante las continuas preguntas sobre los proyectos para el futuro. Nada, ni un adelanto. Los grupos que han formado parte del cartel de este año 'pueden repetir casi todos'. Y habrá otros que, como grabarán en los próximos meses, tendrán un hueco en el cartel para el 2003. En cualquier caso, el festival seguirá teniendo el sello pop que ha tenido hasta ahora, explicó Jose Morán, aunque se dé cabida a la música electrónica.

En cuanto al aforo del recinto donde se celebran los conciertos, 'cuando se acaben las entradas, se han acabado', reiteraron. Los datos de afluencia de público han superado este año todas las cifras logradas en años anteriores en unas dimensiones que, por la actitud que mostraron ayer, ni siquiera sospechaban los propios Morán. Tres días de lleno, con 35.000 asistentes por día, que, teniendo en cuenta los 26.000 abonos vendidos, arrojan una cifra aproximada del paso de unas 48.000 personas distintas a lo largo del festival, sin tener en cuenta el personal de organización, producción y medios de comunicación acreditados. De ellos, los llegados del extranjero ascienden a unos 7.000, lo que deja constancia del carácter cada vez más internacional, al menos europeo, del festival. Pese al éxito, lo dijeron claro: 'El objetivo está en la mejora de las infraestructuras' y para ello, cómo no, es necesaria una mayor implicación de las instituciones públicas, incluida Renfe, y, como reiteraron, más financiación.

Los hermanos José y Miguel Morán, casi embutidos en sus sillas durante la conferencia de prensa, como si hubieran sido otros los que han logrado semejantes llenos para una convocatoria musical, insistieron, además, en dos cosas: el agradecimiento al público, a su actitud cívica y a su comportamiento, y su deseo de dejar constancia de que el festival 'no es una fiesta sin control, sino un acontecimiento multicultural'.

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