Un periscopio en Granada
Un grupo de jóvenes crea un proyecto para contemplar la ciudad con una enorme lente
Cuando se apagan las luces en la llamada sala oscura, el visitante ve cómo una pantalla circular de dos metros de diámetro se convierte en una gigantesca fotografía en movimiento. Muestra las calles, las azoteas y los edificios de Granada, sus monumentos más emblemáticos. La pantalla empieza a girar y el panorama que ofrece de la ciudad cambia. Es como asistir a una nítida película en vivo y en tiempo real. Como contemplar toda la ciudad con un gigantesco periscopio que puede girar 360 grados. El proyecto se llama El Ojo de Granada, se basa en un juego de potentes lentes y espejos que 'observan' la ciudad y el pasado viernes comenzó a funcionar desde una casa del Albaicín.
La idea de instalar un 'mirador' virtual desde el que pudieran contemplarse todo el perfil de Granada partió de un grupo de cuatro amigos cuyas edades no llegan a la treintena y que decidieron invertir casi 70 millones de pesetas (420.000 euros) en el proyecto. Durante dos años se movieron por medio mundo para encontrar una lente lo suficientemente potente como para construir un gran periscopio y una casa en el Albaicín que sirviera de observatorio. La lente, de 35 centímetros, la encontraron en Gran Bretaña, fue pulida en el siglo XIX y pertenecía a uno de los telescopios más potentes de su época. La casa, en la calle Cruz de Quirós, la tuvieron que remodelar por completo hasta darle el aire de una vivienda nazarí.
'Ha sido mucho trabajo y mucho dinero', explica Miguel Ángel Ávila, de 28 años, uno de los socios. 'Hay proyectos similares en Cádiz y Edimburgo, pero ninguna lente ni ninguna pantalla son tan grandes como las nuestras, que son las mayores del mundo'.
No hay cámaras de televisión. No hay ordenadores. No hay cámaras de fotografía. Lo que el espectador contempla en la sala oscura de la casa es, sencillamente, el principio del telescopio. Ve las cosas con la textura de lo real, ve a la gente paseando por la calle, el tráfico funcionando. 'Impresionan sobre todo, los pájaros y las palomas volando, y las puesta de sol, que son increíbles, o las luces de la ciudad por la noche', explica Ávila.
El Ojo de Granada se basa en los principios que ya estableció en su época Leonardo da Vinci, y no difiere en nada del funcionamiento del periscopio de un submarino. La única diferencia es que, en la casa del Albaicín, los visitantes, en lugar de contemplar la inmensidad del mar, pueden ver toda Granada, desde la Alhambra a la catedral, pasando por la Vega y llegando al horizonte.
La entrada vale cinco euros y el visitante, además de asomarse durante media hora a la enorme pantalla, asiste previamente a un documental que se exhibe en otra de las plantas. También puede comprar cerámica nazarí. 'Es una manera de ver la ciudad antes de entrar en ella', dice Ávila.
La cámara más grande del mundo
Rosa Pérez, de 26 años, Miguel Tallada, de 28, Miguel Ángel Ávila, también de 28, y Philip Richmond, de 38, vieron todas las posibilidades turísticas de su proyecto El Ojo de Granada y no cejaron hacerlo realidad. 'Estuvimos buscando durante mucho tiempo la lente adecuada', dice Ávila. 'Y no dudamos en comprarla en cuanto la encontramos'.
La lente vale la friolera de 60.000 euros (10 millones de pesetas), pero proporciona una visión de tal nitidez que lo que el espectador cree estar viendo en la enorme pantalla circular es una película de alta definición. 'Además, es la cámara oscura más grande del mundo', añade Miguel Ángel Ávila. El Ojo de Granada permanecerá abierto todos los días desde las 10.30 horas hasta las 20.30 horas. Los socios aconsejan las visitas por la tarde, que es cuando pueden contemplarse las puestas de sol y el reflejo de sus rayos sobre los tejados de la ciudad.
'Por la noche es una auténtica maravilla, con la luna y las luces de los edificios', explica Ávila, 'aunque, por el momento, no abriremos al público por la noche'.
El Ojo de Granada fue inaugurado hace una semana por el alcalde de la ciudad, el socialista José Moratalla. 'Se mostró entusiasmado con el proyecto', explica Ávila. Tanto que ya han comenzado los contactos para que la casa situada en el número 12 de la calle Cruz de Quirós, en el corazón del Albaicín, pase a pertenecer al recorrido del bono turístico de Granada.
'También hay muchos tour-operadores de Túnez y Alemania interesados en nuestra propuesta', añade.
Uno de los escollos que se plantearon los cuatro amigos que han formado la empresa fue el de si, con la potente capacidad de visión de la pantalla, se podría vulnerar la intimidad de cualquier persona que esté en su casa y que pueda ser observada impunemente sin que se dé cuenta. 'Eso lo resolvimos evitando que la panorámica pueda captar alguna zona sensible. Se ve la calle, se ve la gente paseando por ella, se ven las ventanas, los edificios, pero lo hemos hecho de tal manera que no se ve ningún hogar en concreto'. Lo que sí puede contemplarse es la catedral, la Alhambra y la línea de cielo de Granada.
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