'España es un país xenófobo a nivel institucional'

Elisa García (Málaga, 1967), profesora de Derecho Penal y Criminología en la Universidad de Málaga, no escatima críticas contra el Gobierno cuando se trata de hablar de inmigración. 'No hay una política social de integración ni de intentar apaciguar los ánimos, sino todo lo contrario'. García impartió ayer una conferencia dentro del seminario La inmigración en las sociedades contemporáneas, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco.

Pregunta. ¿Qué hay de cierto en los datos del Gobierno sobre el aumento de la delincuencia por la inmigración?

Respuesta. No hay estudios que demuestren que ese aumento es real. Las estadísticas hay que matizarlas con muchos correctores y restar por ejemplo las detenciones por la aplicación de la Ley de Extranjería. Al contrario de lo que se dice, entre 1997 y 2001 el número de inmigrantes arrestados ha disminuido del 3,3% al 2,86%.

P. ¿Quién es el responsable de esta delincuencia?

R . La mala política de los gobiernos. No hay medidas sociales de integración ni de intentar apaciguar los ánimos, sino todo lo contrario. Se está diciendo que hay que luchar contra la inmigración ilegal y, sin embargo, se está fomentando, porque una situación de irregularidad conlleva un riesgo delictivo. Primero, porque se les coloca en una situación de marginación y segundo, porque la reacción de control social es más fuerte que con el resto de los habitantes.

P. ¿Es una delincuencia de alta o de baja intensidad?

R. Es de las que verdaderamente crea alarma social, la del trapicheo de droga o el robo del coche, la de supervivencia. El inmigrante que está en situación irregular tiene muy poco que perder si se le detiene por cometer un delito.

P. ¿España es un país muy xenófobo?

R. Lo es a nivel institucional. Al inmigrante se le trata de forma discriminatoria, especialmente en prisión por la confluencia de la Ley de Extranjería y la Penitenciaria. El condenado a más de un año cae en una situación de irregularidad y no puede beneficiarse ni del tercer grado, ni de la provisional.

P. ¿Cuáles son las claves para afrontar la inmigración?

R. Este fenómeno es un síntoma de un problema mucho mayor cuya solución está en la redistribución de la riqueza. Lo demás es colocar parches. Pero creo que habría que controlar la inmigración irregular favoreciendo la regular, con cupos anuales mayores. Y alcanzar acuerdos de cooperación con los países de los que provienen, como Marruecos.

P. ¿La inmigración es una bomba que no ha estallado?

R. Si ya estamos identificando delincuencia con inmigrantes, no sé qué podrá pasar cuando conozcamos la de segunda generación, que es la que realmente está generando problemas en países como Francia o Alemania por el choque de culturas.