Indio salvaje, atleta perfecto
Iván Raña, campeón europeo de triatlón, está llamado a ser figura olímpica
A Iván Raña, campeón de Europa de triatlón, le pronosticaron el éxito desde el principio. 'A los 15 años sabía que era un campeón olímpico', confesaba su entrenador Calos Varela, que advertía en la morfología del joven atleta las condiciones de 'un indio salvaje'. Sólo había que ir modelando sus aptitudes hacia el deporte en serio, hacia el deporte profesional. ¿Las razones? Si sólo una de cada mil personas tiene un consumo máximo de oxígeno por encima de 70 mililitros por kilo de peso -condición indispensable para ser un atleta de éxito en pruebas de máxima resistencia-, Iván Raña superaba los 80. El proyecto era más que viable. Físicamente demostrable, psicológicamente moldeable. Desde entonces, Iván Raña ha sido un proyecto olímpico, ratificado con el quinto puesto en Sydney 2000 y valor seguro para Atenas 2004, su prueba de fuego.
El campeonato europeo, conseguido el sábado en Hungría, ha demostrado su progresión en una disciplina poco española. O se es nadador, o se es ciclista o se es atleta. Pero Carlos Varela observó que aquel muchacho de Ordes (La Coruña ) que se entrenaba en Santiago de Compostela, disputaba con los mejores en natación y en ciclismo en las competiciones populares. De combinarlas, no habría rival.
Y empezó el programa. Superdotado para la bicicleta y para la carrera atlética, tras desmontar, faltaba pulir la natación para formar al triatleta completo. Sin embargo, el triatlón no permite actuaciones específicas en cada disciplina (natación-bicicleta-atletismo) sin que lo uno afecte a lo otro. Por eso, sus mentores se decidieron a perfeccionar el nado libre sin que ello afectase, por mejora excesiva de su tren superior, a sus condiciones ciclistas. En el triatlón, si se mejora especialmente la bicicleta, se resiente la carrera a pie. Así que hay que potenciar lo mejor de cada cual sin detrimento de lo menos bueno.
Así fue surgiendo el nuevo Iván Raña, un indio salvaje que todo lo hacía sin medida, en la adolescencia, y que ahora puede alardear de ser uno de los mejores en la carrera a pie, como reconocen en la Federación Española. En la natación (1,5 km.) resiste, en la bicicleta (40 km.) impone y en la carrera a pie (10 km.) se impone.
Sin embargo, como tantos otros, estuvo a punto de sucumbir a la tentación del profesionalismo ciclista, más agradecido que el silencio del triatlón. 'No lo descarto en el futuro, pero mi mente está ahora puesta en el triatlón. Quiero acceder al podio en Atenas. Luego ya se verá'.
La razón es sencilla: le gustan los tres deportes, es joven (23 años), tiene una cita olímpica y es campeón de Europa. El indio salvaje se ha convertido en el triatleta perfecto. Aprende rápido y se deja enseñar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.