_
_
_
_
Reportaje:Mundial 2002 | Crisis en el banquillo de España

La sucesión imposible

La federación se enfrenta a la negativa de los grandes entrenadores españoles, todos con contrato, y a su postura contraria a un extranjero

'Últimamente, las selecciones nacionales son un buen trampolín para la gente joven con pedigrí, que quiere abrirse paso, casos de Rijkaard en Holanda u otros, o para gente que considera que ha llegado al final de su trayectoria y quiere aplicar con tranquilidad sus conocimientos. Para todo hay buenos ejemplos, pero yo considero que aún estoy en la mitad del camino. Ni estoy empezando, ni he terminado'. Javier Irureta, entrenador del Deportivo, y uno de los nombres que inmediatamente sonaron para suceder a José Antonio Camacho, no se plantea en absoluto una hipotética oferta de la federación para suceder a Camacho.

Sostiene Irureta lo que vienen a sostener muchos técnicos con contrato y en la cresta de la ola en los clubes españoles: que la sociología de la selección, de perfil bajo, y las exigencias deportivas, de perfil alto, son contradictorias y que el respeto al contrato firmado debe prevalecer.

Más información
'Creo que soy necesario'
"Hay que pagar los años en Segunda"

La sucesión de Camacho se ha revelado como un problema para la federación, a dos años vista de la Eurocopa de Portugal. A Villar le gustaría Luis Aragonés -con contrato en vigor en el Atletico-, Javier Irureta -con contrato en el Deportivo- y Víctor Fernández -recién fichado por el Betis-. Si a ello se le añade que Villar recela de la contratación de un seleccionador extranjero, la dificultad se engrandece.

De momento, la federación ha optado por la línea transitoria. Iñaki Sáez se hará cargo de la selección de forma interina, en espera de que se encuentre el mirlo blanco que acepte un banquillo eléctrico que se juzga cada dos años. Sin embargo, no resultaría extraño que la interinidad de Sáez se prolongue más tiempo de lo previsto en espera de que los resultados ratifiquen a Sáez o las posibilidades de un nuevo seleccionador se aclaren con el desarrollo del campeonato español. Iñaki Sáez, que ayer se reunió con Gerardo González, podía ser una solución a medio plazo en base a tres razones fundamentales: experiencia, conocimiento de las interioridades de la selección y habilidad en la gestión de grupos. En su contra, se puede apelar a la imagen gris derivada de su perfil secundario en la selección, y debilidad por su condición de segunda opción para el banquillo.

El nombre de Luis Aragonés ha sido el primero en salir a la palestra. En cierto modo, el actual ténico del Atlético ha sido un claro objeto de deseo en la selección en los últimos años. Pero la postura del sabio de Hortaleza es similar a la que observan otros candidatos. Su presidente, Jesús Gil, apela a los principios de lealtad: 'Luis es un señor y cumple sus contratos', afirmó ayer en cuanto el nombre de su entrenador salió. 'Si uno estornuda en Nueva York, no sufre la pulmonía en Canadá', aseguró, difuminando la incidencia de una posible actitud agresiva por parte de la federación. 'La federación no llamará. Me imagino que se ahorrará la llamada. Luis estará, creo, triunfando en el Atlético este año y el que viene y los que vengan'. Sin embargo, si algo tienen claro los dirigentes federativos es su deseo de no entrar en guerra con ningún club, superando los contratos en vigor.

Por eso, la Federación aún no se ha pronunciado, sorprendida por una decisión de Camacho que sólo atisbó en los momentos finales del Mundial. El carácter volcánico del ex seleccionador -que ya protagonizó una espantada gloriosa con el Madrid- hacía difícil cualquier previsión de futuro.

Ni Luis Aragonés, ni Javier Irueta están dispuestos a asumir el reto en estas condiciones. Ambos tienen asuntos entre manos. No es un problema de cláusulas de rescisión. Ninguno las estipula en sus contratos. 'No tengo ninguna cláusula que prevea la salida a otros clubes o a la selección', afirma Irureta. 'No hay tal cláusula. Además, con Luis no es cuestión de cláusulas, es de palabra', dice Gil.

La tercera vía es Víctor Fernández, recién fichado por Lopera para el Betis, tras su larga andadura en el Celta del encantamiento. Las dificultades no serán menores de no mediar soluciones intermedias. ¿Y un extranjero?. Villar lo descarta de antemano ¿Y por qué no Cruyff?, se preguntan en algunos entornos, mientras en el aire revolotea el nombre de Javier Clemente: 'Ni me he ofrecido a Polonia, como se ha dicho, ni a España, como se dice ahora. El que quiera que me llame. A mí o a los 300 que podríamos ser'. De momento no aparece ninguno.

Sáez, el experto en jóvenes promesas

Teóricamente, Iñaki Sáez tenía los días contados cuando Javier Clemente fue destituido como seleccionador nacional. Formaba parte de un equipo caído en desgracia y llegaba otro, el de Camacho, con ideas distintas. Pero Sáez sobrevivió a la inercia de los cambios por una razón fundamental: sabe sobrevivir, porque no necesita sobrevivir. En cierto modo, Sáez es el hombre del traje gris, al que difícilmente se le arrancará una entrevista explosiva, una declaración improcedente o una frase genial. Tampoco se le adivinará una entrega absoluta a un jugador, ni un elogio de más. Lo suyo, es lo cotidiano, basado en la experiencia. 'Es muy difícil pronunciarse con los jugadores jòvenes, porque hay factores que no controlas. Hasta los 19 años, resulta complicado apostar por el futuro de un jugador previsiblemente maravilloso. Influyen demasiadas cosas para saber cómo evolucionará su cabeza', afirmaba cuando era responsable de la cantera de Lezama. No le ha ido mal. Tras su experiencia en el club bilbaíno, apagafuegos habitual de los conflictos en el banquillo, y en Las Palmas, recaló en la selección española como responsable de las selecciones inferiores con un resultado estruendoso: la selección sub 21 fue campeona europea en 1998, la sub 20, campeona mundial en 1999, la sub 18, campeona en 1995, la sub 17 campeona de la Meridian Cup en 1997, clasificaciones compartidas con los responsables de cada categoría, pero directamente implicadas con la dirección de Iñaki Sáez. Basta decir que las selecciones inferiores de España nunca han bajado del tercer puesto. La primera deducción natural de esa clasificación es que Sáez no elige mal a los futbolistas, y éstos agradecen el clima de diálogo que impone en sus concentraciones. El caso más claro fue el de los Juegos de Sydney 2000. Los propios futbolistas reconocieron que ese clima de libertad les hizo ser más felices y más eficaces. Tiene Sáez un aire paternal no exento de habilidad. Quienes le conocen y le defienden destacan su zorrería para mediar en asuntos dificultosos. Siempre dice lo que piensa, pero nunca todo lo que piensa. En esa indefinición ha basado su éxito. Los únicos triunfos de la selección son los suyos. Quizá él ha puesto más difícil el éxito de la selección absoluta, la misma que coge, 'de manera transitoria', según reconoció ayer él mismo al aceptar un cargo en el que deberá ser ratificado el 11 de julio: 'Si eso ocurre' declaró, 'asumiré toda la preparación para la Eurocopa 2004'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_