Jordi Pujol asegura que CiU sufre una presión en pinza del PP y ERC
Rehúsa dilapidar su pasado a cambio de seis meses de gobierno
Jordi Pujol aseguró ayer que no está dispuesto a dilapidar su historial político y el de su partido a cambio de mantenerse seis meses más en el Gobierno. 'No acabaremos la legislatura a cualquier precio', advirtió Pujol, quien dedicó una parte de su discurso en la XIII Escuela de Verano de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) a criticar a ERC y a denunciar un acoso en pinza de los republicanos y el PP.
Pujol insistió en despertar a sus militantes del 'enamoramiento' respecto a las posiciones del partido republicano, que sólo busca, dijo, 'engordar a costa de CiU'. No obstante, el líder nacionalista se refirió también a la posibilidad de resistir en el poder incluso sin necesidad de aprobar los presupuestos. Pujol aventuró que si su partido optara por esa vía, que ya utilizó Ibarretxe en el País Vasco, muchos de los que aplaudieron al líder del PNV le censurarían a él.
El presidente de CiU aseguró que ya se han acabado los tiempos de la 'fidelidad irreprochable' y añadió que, aunque el PP pretenda conseguirla, CiU no la puede dar. Pujol, que denostó con dureza en varias ocasiones el reciente voto conjunto del PP y ERC en el Parlament, aseguró que los planteamientos de ambos partidos sólo tenían un objetivo: 'dar la lata'.
El presidente de CiU recordó a los militantes que el suyo es un partido político de gobierno y 'negociador por definición', cosa que impide que pueda exhibir 'actitudes simpáticas, bonitas, cortantes, duras, agresivas...'. Pujol se lanzó de lleno a la crítica a la formación republicana y aseguró que debe englobarse entre los 'partidos de la cerilla', porque se dedican a ver dónde hay paja seca para avivar un fuego, montando plataformas reivindicativas y falseando la realidad.
Recomendó a los suyos que no se sientan 'angustiados' ni 'incómodos' porque CiU haya defendido la ley de partidos ya que, según Pujol, 'todo país tiene derecho a tener una ley para luchar eficazmente contra el terrorismo'.
Pujol acusó a los socialistas y a la izquierda europea de mantenerse con ideas 'viejas y reviejas'. En su opinión, la crisis moral en la que se encuentra inmersa la izquierda es más extrema en Cataluña, y acusó al PSC de 'vacío intelectual' y de 'petulancia'. Según Pujol, Toni Blair es el único que se salva del descalabro: 'Tiene de izquierdas y de socialista lo mismo que yo de budista'.
El presidente de CiU reprochó tanto a los socialistas como a la derecha no haber hecho ningún esfuerzo de doctrina política. 'El mundo de la izquierda en Cataluña siempre se ha creído superior; ellos son los buenos y los demás somos un montón de chorizos casi por definición'. Entre los duros ataques que dirigió a los socialistas catalanes, Pujol espetó: 'El cerebro a veces se atrofia más en la oposición que en el Gobierno'. 'Uno de los grandes éxitos de CiU es que nos han tomado por nada, por tenderos de tres al cuarto (...), y a la hora de la verdad les hemos sorprendido', agregó.
Pujol aseguró que tras el 'selecto mundo intelectual de Ciutadans pel Canvi' no hay más que 'un gran vacío'.
A su juicio, la derecha del PP sigue absolutamente encadenada a la consigna y no hace ningún esfuerzo en el campo de las ideas, los valores y la comprensión profunda de la realidad catalana. 'En el concepto de España que ahora emerge con fuerza, nosotros no tenemos cabida', añadió.
A poca distancia de Pujol habló ayer el presidente del PP en Cataluña, Alberto Fernández, quien aseguró que su partido tampoco desea elecciones anticipadas, pero exigió a los nacionalistas catalanes que dejen de escudarse en el victimismo y de criticar las reformas que abandera el Partido Popular. Fernández aseguró que los problemas de gobernabilidad en Cataluña no se deben a que CiU se halle en minoría en el Paralment, sino a que pretende gobernar sin ningún tipo de diálogo. En su opinión, Pujol usa el victimismo como cortina de humo para encubrir su inoperancia.
Condenados a encontrarse
CDC y el PP parecen obligados a representar la ceremonia del desencuentro, aunque el implacable poder de la aritmética parlamentaria los convierte a menudo en aliados. El de ayer fue un encuentro en otro escenario, una jugarreta del azar que llegó en el peor momento de sus relaciones. Las bromas más maliciosas de algunos asistentes a la escuela de verano de Convergència -que sigue hoy- y la del PP -clausurada ayer- se centraron en la coincidencia de fecha y lugar. Algunos de los informadores que cubrían la presencia de Pujol en el hotel Monterrey de Lloret de Mar habían presenciado antes el discurso de clausura de Alicia Sánchez-Camacho y Alberto Fernández en el hotel Rigat. Los temas tratados en ambas escuelas eran, no obstante, bien diversos: la del PP tenía como lema Los ayuntamientos avanzan con el PP y la de CDC se celebraba bajo el título ¿Los nuevos valores de progreso? Respuestas desde la política.
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