Josep Laporte se queda a siete votos de la mayoría absoluta para presidir el IEC
La segunda vuelta de las elecciones a la presidencia de la institución se celebrará el 11 de julio
Las elecciones más reñidas de la historia del Institut d'Estudis Catalans (IEC) vivieron ayer una primera vuelta de la que no pudo salir un nuevo presidente al no alcanzar ninguno de los tres candidatos -el médico Josep Laporte y los filólogos Joan Martí y Carles Miralles- la mayoría absoluta. Con 76 votos en la segunda ronda de la primera vuelta, Laporte se quedó tan sólo a siete votos de la mayoría absoluta. Miralles, con 30 votos, fue el gran perdedor. Martí obtuvo 52. Los académicos quedaron emplazados a la votación definitiva, que se celebrará el próximo 11 de julio.
En la primera vuelta de estas elecciones de las que saldrá el sustituto del matemático Manuel Castellet a la presidencia del IEC durante los próximos cuatro años, celebrada ayer por la tarde en la sede de la institución, se sucedieron dos rondas. En la primera, Laporte cosechó 70 votos; Martí, 49, y Miralles, 33. En la segunda, en la que votaron más académicos, Laporte consiguió seis votos más, aunque fueron insuficientes para alcanzar la mayoría absoluta, situada en los 83 votos. Martí cosechó 52 y Miralles, 30.
El ex consejero de Sanidad de la Generalitat y ex rector de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Laporte, de 80 años, no ocultaba su satisfacción al finalizar las votaciones de la primera vuelta. 'Ha sucedido exactamente lo que había previsto', afirmó. 'Sabíamos que era muy difícil obtener la mayoría absoluta en la primera vuelta porque éramos tres candidatos'.
Laporte hizo gala del 'consenso' sobre el que descansa su candidatura, en la que también figuran el sociólogo Salvador Giner, el químico Salvador Alegret y el historiador Antoni Riera. Hace unas semanas, 43 miembros del IEC hicieron público su apoyo a esta candidatura. Entre los nombres de esa lista estaban los ex rectores de la UAB, Universidad Pompeu Fabra y Politécnica de Cataluña, Carles Solà, Enric Argullol y Jaume Pagès, respectivamente, el economista Josep M. Muntaner i Pascual, aspirante a la presidencia en las elecciones de 1995 que ganó Castellet, y el historiador Albert Balcells, miembro de la candidatura de Muntaner.
La sorpresa de la jornada fue el sólido apoyo recavado por la candidatura del lingüista y ex rector de la Universidad Rovira i Virgili, Joan Martí Castell, de 56 años, que partía como virtual perdedor. Martí se presentó acompañado por el historiador del arte Xavier Barral i Altet, el catedrático de arquitectura y tecnología de computadores Josep Amat y el antropólogo y escritor valenciano Joan F. Mira.
Como contraste, la candidatura del helenista Carles Miralles, de 58 años y actual secretario general del IEC en la junta presidida por Castellet, que en la primera ronda cosechó 33 votos y en la segunda perdió tres y se quedó con 30. La candidatura de Miralles, que se presentó bajo el signo de 'la renovación dentro de la continuidad', estaba formada también por el filólogo Ricard Torrents, el médico Francesc González Sastre y el físico Josep Enric Llebot.
Algunos de los miembros del IEC presentes en la primera vuelta de las elecciones manifestaron su disconformidad porque la mesa electoral aceptó votos de miembros que se ausentaron de la segunda ronda mientras que habían votado presencialmente en la primera.
Ni Martí ni Castells quisieron especular a la salida de las votaciones sobre su posible retirada de cara a la segunda vuelta de las elecciones, que se celebrará dentro de dos semanas. Ambos tienen de plazo hasta el próximo lunes para decidir si ceden el paso a alguna de las otras candidaturas. Martí señaló que 'es lógico que se produzca un cambio de impresiones' en este sentido.
Es la primera ocasión que unas elecciones al IEC, que tiene 95 años de historia, cuentan con tres candidatos en liza. Sus respectivos programas tienen puntos en común, aunque cada uno prioriza diferentes aspectos. Laporte quiere aumentar el 'prestigio social' de la primera institución académica catalana, incide en la necesidad de que se aumenten sustancialmente los recursos para la investigación y propone que sus cinco secciones -filológica, histórico-arqueológica, ciencias biológicas, ciencias y tecnología y filosofía y ciencias sociales- funcionen con un mayor grado de autonomía.
Miralles subraya la necesidad de que el IEC funcione con un gobierno menos presidencialista y quiere que la institución obtenga reconocimiento legal mediante una ley o decreto y que las aportaciones ahora finalistas del Gobierno español se conviertan en una partida presupuestaria estable. Martí se basa en los principios fundadores del IEC (rigor científico, catalanidad y apertura al exterior) y quiere aumentar la proyección social y académica de todas las secciones y acentuar el papel del IEC como consejero de las instituciones en materia de medio ambiente, sostenibilidad e inmigración.
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