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Crónica
Texto informativo con interpretación

Italia aparece en el camino

El equipo de Trappatoni sólo pudo empatar con México, primera de grupo, pero se clasificó también al ser batida Croacia por Ecuador - Los 'azzurri' se perfilan como los rivales de España en los cuartos de final

Santiago Segurola

Italia salvó el pellejo con dificultades ante México, y eso sólo se puede interpretar como una excelente noticia para una selección que acostumbra a ofrecer su mejor respuesta después del sufrimiento. Ningún equipo se siente más conforme en la agonía, como predica su fútbol, menos preparado para el hedonismo de la belleza que para la recompensa del drama.

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Es el equipo católico por naturaleza, movido por la culpa y el perdón, una selección con tendencias atormentadas que alcanzó su apoteosis en 1982. Empató todos los partidos de la primera fase, entre críticas salvajes, y remontó en la ronda final con sus célebres victorias sobre Argentina y Brasil, alguna francamente inmerecida pero trabajada con una fe masoquista.

Esa Italia temible aparece en el camino de España antes de lo previsto. Aunque pocas veces el fútbol ha ofrecido de forma tan palmaria su lado azaroso -nadie habría sospechado la eliminación de Argentina y Francia a estas alturas-, es difícil pensar en un error de italianos y españoles en los octavos de final. Si todo va como parece, se reeditarán los cuartos de final de Foxboro, aquel partido inolvidable en los suburbios de Boston en el que Julio Salinas falló un remate claro ante Pagliuca, preludio de la jugada que Roberto Baggio concretó con su naturalidad habitual frente a Zubizarreta. Fue un partido intenso, bien jugado por España, que de nuevo perdió pie en los cuartos.

De aquel partido quedan algunos jugadores, especialmente en las filas españolas. Si España derrota a Irlanda el domingo, Hierro, Nadal y Luis Enrique tendrán la oportunidad de saldar una deuda ocho años después. En Italia sólo permanece el eterno Maldini, todavía vigente como gran defensa. Ha transitado por casi tres generaciones de futbolistas y está ante su última oportunidad de ganar el Mundial. Encabezará un equipo que, en casi todo, es mejor que el del 94: mejores defensas y mejores delanteros. Una selección competitiva que ha estado a punto de patinar. No ha podido terminar la primera de su grupo, superada por México, y no ha desplegado un juego convincente. Pero es difícil desconfiar de un equipo con defensas como Nesta y Maldini, con delanteros como Totti y Vieri, con suplentes como Del Piero, autor del gol del empate con México, un gol menos decisivo de lo que se pensaba porque Croacia fracasó con Ecuador: perdió (0-1) cuando el empate le bastaba mientras Italia iba perdiendo.

Todo parece anticipar un duelo espectacular en los cuartos. A España le queda superar a Irlanda, equipo bravo y elemental. Saben hacer una cosa y no tienen empacho en repetirla hasta el estrago. De jugadores de clase andan cortos, y es ahí donde España debe marcar las diferencias. No sólo tiene mejores futbolistas, sino que son más sutiles, más capaces de interpretar un partido de varias maneras diferentes. Dos estilos opuestos, en fin, para preparar lo que se presume uno de los grandes duelos del Mundial. Ahí, a la vuelta de la esquina, espera Italia.

Giovanni Trappatoni, el técnico italiano, da las últimas instrucciones a Del Piero, con el que sustituyó a Totti y que marcó el gol del empate de Italia frente a México a cinco minutos del final.
Giovanni Trappatoni, el técnico italiano, da las últimas instrucciones a Del Piero, con el que sustituyó a Totti y que marcó el gol del empate de Italia frente a México a cinco minutos del final.REUTERS

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