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Entrevista:JUAN URIAGEREKA | Lingüista

'Dejar de matar sería una medida buena para conservar las lenguas'

Juan Uriagereka recuerda que empezó a estudiar Económicas en Sarriko, pero pronto rectificó y cambió a la Facultad de Filología. 'Estaba más interesado en la mente humana', explica. Su dedicación a la Lingüística en Estados Unidos, siguiendo la estela de Noam Chomsky y Howard Lasnik, le ha convertido en un defensor de la diversidad lingüística. Un año después de recibir el Premio Euskadi de Investigación por 'su contribución intelectual de primera línea para desvelar los principios básicos que conforman la creación y el diseño del lenguaje', ha vuelto durante unas semanas al País Vasco para impartir un curso en la Facultad de Filología de Vitoria.

Pregunta. ¿Hasta dónde se puede llevar el esfuerzo de recuperación de una lengua?

Respuesta. Hay que hacer estas cosas con mucho cuidado. Imponer las cosas es la peor manera de sacarlas adelante. Hay que hacer un esfuerzo de desdramatización.

P. ¿Qué le parecen los modelos lingüísticos del sistema educativo vasco?

R. Yo no soy especialista en este tema, soy un pobre lingüista teórico. Mi impresión es que se ha avanzado muchísimo. Si comparas los niveles de gente que hace la selectividad en euskera con los años 70 piensas que algo hemos hecho bien. Y como conozco el problema a nivel mundial, veo que en otros sitios las perspectivas son bastante más negras. Aquí tenemos dos lenguas y una comunidad de dos millones y medio de personas, en el primer mundo, con todos los medios. No es lo mejor, pero no es el fin. En Nueva Guinea, por ejemplo, hay cuatro millones de personas y 850 lenguas. El Gobierno se ha propuesto salvar 120. Los resultados [en el País Vasco] son halagüeños, y espero que se hagan mejor las cosas conforme tengamos mejores herramientas informáticas, mejor profesorado y empecemos a entendernos y a dialogar para hacer más fácil la euskaldunización.

P. ¿A qué diálogo se refiere?

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R. Yo sé cómo dialogamos los científicos: ponemos el ego al margen y nos preocupamos de la verdad. Significa conocer los argumentos y compartir la lógica. Para empezar hay que tener honestidad en las premisas. Por ejemplo, entiendo que quieran cargarse la diversidad porque les da igual; lo que no quiero es que me digan que les preocupa y no sea cierto.

P. Pero usted no defiende la diversidad lingüística a ultranza

R. Hay procesos irreversibles: intentar que sobreviva una lengua con dos hablantes de 85 años no es realista. Lo que realmente me asusta es que si esto continúa así, vamos a tener una sola lengua.

P. Que será el inglés.

R. Probablemente. O el chino; depende de que Oriente u Occidente gane la batalla de los próximos dos siglos.

P. ¿La batalla demográfica?

R. El volumen de hablantes es significativo. El 20% de la población mundial habla chino, y sabe Dios lo que va a dar de sí esto. No plantearse estas cuestiones es suicida. Me da igual que sea el chino o el inglés. El hecho es que nos vamos a cargar las decenas de familias lingüísticas que hay, con sus culturas y sus diferentes versiones de nosotros mismos. La única posibilidad es mantener vivos unos focos de diversidad que te permitan dar respuestas como Humanidad.

P. ¿Le preocupa el empobrecimiento de las lenguas?

R. Si la lengua es un ente biológico, en gran parte es la propiedad de un cerebro. Me da un poco igual si es muy elocuente o muy poco elocuente. Ya sabemos que cada vez que escribe uno de los popes de la Real Academia nos dice que los chavales hablan mal. Me preocupa más que la estructura esté viva. Que el léxico varíe o se tomen préstamos de otras lenguas es normal. La cosa es que se hable; si se hablan, la cultura se va a mantener. Las lenguas se hacen cultas en un momento dado, pero nacen de una evolución impulsada por los chavales. En tu mente adulta no evoluciona; esos que hablan mal son los que producen lenguas nuevas. Me preocupa poco que en dos siglos el castellano sea el peninsular o el venezolano. Mientras haya diversidad, no tengo prejuicios.

P. ¿Hay recetas para conservar la diversidad lingüística?

R. Dejar de matar sería una medida bastante buena. Bastaría con que se redujera la presión de la bota del militar para reducir problemas. No está en debate la pérdida de las lenguas, que es el resultado sociológico del colonialismo iniciado desde Europa. Quienes se preocupen por la diversidad cultural deberían ir a la Margen Izquierda a visitar las comunidades que hablan caló. Me basta con plantear unas preguntas. ¿Cuantos hablantes hay? ¿Quieren tener escuelas en su propia lengua? ¿Somos responsables de mantener la diversidad lingüística de los gitanos o los inmigrantes?

P. ¿Cree que lo somos?

R. No tengo la respuesta.

PERFIL

Juan Uriagereka (A Coruña, 1960), estudió Filología Anglo-germánica en Deusto y se especializó en Estados Unidos. Casado y a punto de ser padre de su segunda hija, es profesor de la Universidad de Maryland y vive en un barrio latino de Washington.

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