Barcelona homenajea a las familias adoptantes por su 'solidaridad y esfuerzo'

Un millar de padres adoptivos vieron ayer reconocido públicamente su 'esfuerzo' y 'su decisión generosa y solidaria' durante una animada fiesta que les brindó el Ayuntamiento de Barcelona. Se trataba de la segunda edición de la Fiesta de Reconocimiento a las Familias Adoptantes, que debía celebrarse en el Palacete Albéniz, aunque la lluvia obligó a trasladarla al Palau Sant Jordi.

Niños de todas las nacionalidades, pese a que predominaban los de procedencia china, india, rusa y nepalí, disfrutaron acompañados de sus padres de una jornada de música, juegos, espectáculos de todo tipo y una merienda. La giganta Laia les recibió y les dio la simbólica bienvenida como nuevos ciudadanos de Barcelona 'gracias a la decisión de sus padres adoptivos'.

El alcalde, Joan Clos, y la quinta teniente de alcalde y responsable de Bienestar Social del Ayuntamiento, Núria Carrera, presidieron el homenaje a las familias que han optado por una 'tarea llena de valores convivenciales e integradores, que es un ejemplo para el resto de ciudadanos'.

Para los padres adoptivos, la jornada de ayer sirvió para subrayar el 'lado feliz' de la adopción, aunque no desaprovecharon la oportunidad para hacer sentir sus quejas por las 'dificultades' que comporta el proceso de adoptar un niño. 'Los tiempos de espera son muy largos, los trámites son complejos y, encima, en Cataluña tenemos que pagar un certificado de idoneidad que no han de costear las familias del resto de España', afirmaba ayer Roberto Pili, vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Padres Adoptivos de Cataluña.

Pese a que el Ayuntamiento carece de competencias en materia de adopción, Clos se comprometió a recibir próximamente a las asociaciones de familias adoptivas, un gesto que Pili agradeció.

Núria Carrera dibujó ayer el perfil de quienes deciden ejercer la paternidad acogiendo a niños de otros países: suelen ser jóvenes, de clase media y 'con ganas de sacrificio'.