El firme rechazo de todos los grupos a la reforma laboral arrincona al PP en el Parlamento

El PP no sólo se quedó ayer aislado en sus planteamientos. También arrinconado. Desde las filas del PSOE, IU, PA y PSA le cayó encima un chaparrón de críticas por el decreto de reforma del desempleo del que a duras penas y a gritos pudo defenderse el portavoz popular, Antonio Sanz. En un pleno del Parlamento de los más broncos de la legislatura, los grupos de izquierda rechazaron el decretazo y tumbaron una iniciativa del PP en el que se instaba al Gobierno andaluz a rechazar la huelga general. El PP recibió también la advertencia de todos gruposs de que 'se está cavando su tumba política en Andalucía'.

Los socialistas suelen reconocer el valor político de portavoz popular, Antonio Sanz, quien brega siempre con los debates más espinados y desfavorables para las posiciones del Gobierno de la nación. Ayer se produjo uno de ellos: la Cámara discutía una proposición no de ley, firmada por cuatro grupos (el resto), que rechazó el decreto de reforma del desempleo, además de instar a la Junta a recurrirlo ante el Constitucional. Y otra del PP, que no prosperó, que pretendía que el Gobierno andaluz a rechazara la huelga general del 20 de junio.

'Estáis acollonados, los alcaldes del PP están debajo de las piedras, como los alacranes. Creíais que la izquierda social estaba en sálvase quien pueda y que el PSOE, con un Bambi al frente, no tiene nada que hacer. Pues, ¡hala!, habéis puesto en marcha un pedazo de huelga general. ¡A la calle, que ya es hora!'. Así abrió el debate el portavoz de IU, Francisco Ríos, quien salpicó de pinceladas hazañosas y bravías toda su intervención.

'¡Que trabajen!'

Sólo suspendió el tono épico cuando, a mitad de su exposición sobre los efectos negativos de la eliminación del subsidio agrario en el campo andaluz, desde las filas del grupo popular se oyó: 'Pues que trabajen'. Era la voz de la diputada del PP por Cádiz, María José García Pelayo -según contó Ríos después-, una de las parlamentarias más alborotadras de la Cámara. '¿Cómo ha dicho?, ¿qué trabajen? Me siento ofendido. El 70% de los trabajadores del campo afectados son mujeres. ¿qué quiere? ¿que se pongan a servir para los señoritos?', le resondió Ríos.

Menos bullicio se produjo durante la intervención del portavoz del grupo mixto, Pedro Pacheco, aunque éste lanzó las cargas más profundas contra el PP. Pacheco comparó las medidas aprobadas por el Gobierno al 'despido libre' y advirtió: 'Si el Gobierno no reacciona a tiempo, está cavando la tumba del PP andaluz, y eso no es bueno para el sistema político andaluz'.

De esta idea participan algunos diputados populares, que ya en la sesión de control celebrada por la mañana se lamentaban de la deriva de su partido. Según sondeos de opinión recientes del propio PP, a los que se refirieron, el partido se sitúa en posiciones ideológicas muy de derechas y alejadas de los postulados de centro que dicen representar y defender.

También el portavoz de IU, Antonio Romero, suscribió el aviso del coordinador del PSA, mientras que el socialista, Manuel Gracia, abundó en los argumentos de que con la medida 'el Gobierno abarata el despido y convierte en discrecionalidad de la Administración' derechos de los trabajadores. 'El PP está quebrando la malla de la protección social lograda en la transición', aseguró.

Antonio Sanz se refirió más a las reformas laborales emprendidas por los socialistas que a la que ha puesto en marcha el PP. Dijo que los razonamientos del resto de los grupos y, en especial del PSOE, son 'caducos, antiguos y demagógicos', además de fomentar la estrategia del miedo y la mentira. En su defensa de la reforma, alegó que no es cierto que se vayan a recortar las prestaciones, reducir su tiempo o variar los requisitos de acceso, y añadió en cada una de las enunciaciones la coletilla: 'Lo que sí hizo el PSOE en 1992'.

La voz del popular se quebró en varias ocasiones al tener que elevar el tono por los continuos abucheos del resto de los grupos y las réplicas del suyo. A trompicones, echó mano de recortes de prensa para evidenciar que Manuel Chaves se opuso a las otras huelgas con los mismos argumentos que ahora rechaza, y también sacó a colación las declaraciones de entonces de Javier Arenas y José María Aznar en contra de las movilizaciones.

El otro pilar del discurso de Sanz fue la coincidencia de la huelga con la víspera de la cumbre europea de Sevilla, y la estampa que proyectará la ciudad y Andalucía. 'Es muy grave que Sevilla, que podría ser el escaparate de una región moderna, exhiba una imagen de ciudad de piquetes y desorden', se lamentó. Y se atrevió incluso a hacer una proyección económica de las supuestas consecuencias: 'Se pensará que no es un territorio seguro para invertir porque su presidente da cobija a los antiglobalización y se convierte en un agitados de masas'.

Horas antes del debate, el presidente de la Junta pidió al PP que 'abandone la cacería política' contra los líderes sindicales y políticos como él. 'Es un grave error pretender establecer un antagonismo entre la cumbre y la huelga general'. Los secretarios generales de CC OO y UGT, Julio Ruiz y Manuel Pastrana, siguieron el debate con atención y dijeron sentirse 'irritados' por el tono de 'deprecio' del PP.