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Reportaje:

Goles con sabor a libertad

Reclusos de la prisión de Málaga disputan un Mundial poco antes de la cita de Corea

No había miles de espectadores en estadios monumentales, nadie firmó autógrafos tras los partidos y tampoco hubo primas y sueldos millonarios por dar patadas al balón. A los reclusos de la prisión provincial de Alhaurín de la Torre (Málaga) les bastaba con perder de vista los barrotes durante el mayor tiempo posible. Esa libertad ficticia se ha mantenido en las ocho jornadas que ha durado el Mundialito de Fútbol-7 en el que han participado unos 70 internos (preventivos y condenados) encuadrados en 8 selecciones: Colombia, Inglaterra, Argelia, Marruecos, Rusia, Rumanía, España y el Victoria Kent (combinado español formado por internos, monitores y funcionarios de la prisión).

'El hecho de salir de los módulos ya te da la vida', comenta exhausto Miguel Ávila, ya veterano para el fútbol, pero que ha marcado uno de los mejores goles del campeonato. No ha servido para que su equipo, el Victoria Kent, venza a la selección española, que tenía jugadores jóvenes, rápidos, técnicos y muy compenetrados. Miguel ya ha cumplido once meses de una condena de tres años y quince días; el pasado sábado le concedieron su primer permiso de seis días: 'No quería jugar porque tenía ya la cabeza en la calle, con mi familia', dice.

Los anfitriones ganaron por 3-2, con el reconocimiento de los participantes y con dos goles de dos jóvenes brillantes: Santiago Cordón -un portento físico- y otro de Sergio Luque, el mejor jugador del torneo y el cerebro de su equipo. Santiago agradeció a los monitores deportivos y a los auxiliares (internos) el trabajo realizado para lograr este paréntesis en la monotonía, que tuvo su clímax cuando Cordón (capitán) levantó el trofeo.

Aunque no ganaron, los demás equipos disfrutaron hasta el último minuto de la jornada de clausura de ayer. A la ceremonia no le faltó un detalle: un chistoso locutor, modestos fuegos artificiales, reclusas que hacían de animadoras e incluso un clon de Chayanne, con lo que ya nadie escapa de la que se postula como canción del verano: Torero.

El torneo ha contado con jugadores de calidad, algunos de los cuales han sido profesionales. Como los marroquíes Othman Youssef M'nari y Youssef Aoulaó Umar, que jugaron en el Tetuán y el Tánger de la primera división de Marruecos. El ídolo de Othman es Ronaldo, al que se parece en el físico y en la forma explosiva de jugar. Junto a Youssef Aoulaó, Othman ha formado una pareja espectacular que no pudo con los rocosos ingleses por el tercer puesto. El combinado marroquí ha estado maldito. Los componentes se conocieron poco antes del primer partido, después perdieron su pilar defensivo, que se marchó con el tercer grado (sensación agridulce). Y en el último partido, Youssef Aoulaó se fracturó el codo.

En los últimos diez días, a ratos, el fútbol ha desterrado de las mentes las condenas, largas o cortas. A algunos se les ensombrecía el rostro si la conversación merodeaba por la realidad. Otros, quizás por ver cerca la salida, bromeaban con el asunto, como Manea, un rumano guasón con un cuerpo propio para del baloncesto. Él y los demás jugadores esperan volver a jugar en la calle.

Los monitores Alonso Quirós y Manuel Fernández están convencidos de que el deporte es la actividad más liberadora para los 1.500 reclusos de la Prisión Provincial de Alhaurín de la Torre, que cuenta con 53 nacionalidades. Ellos, y otros compañeros, han sido los padres del Mundialito, que también ha sido posible gracias al trabajo de muchos internos.

El Mundialito ha sido preparado a conciencia, ya que los monitores se han encargado de seleccionar a los mejores jugadores analizando las actividades que se desarrollan durante todo el año en el área de Tratamiento de la cárcel.

Muchas de estas prácticas se llevan a cabo gracias al Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá que, con el apoyo de la Empresa Pública de Deporte Andaluz, abandera un programa anual de dinamización deportiva en las 12 prisiones de Andalucía.

Los monitores se encargan de realizar propuestas específicas para las características de cada centro penitenciario. Se trata de usar el deporte como un instrumento más para la reinserción y la rehabilitación.

Con la organización de este Mundialito, Manuel Fernández y Alonso Quirós (entrenador de la selección ganadora: España) han rescatado de forma interna los campeonatos nacionales de fútbol que antes se celebraban entre distintas cárceles. 'De los cuatro que hubo, Málaga ganó tres y fue finalista en otro; luego, el campeonato de Andalucía también lo ganamos', afirma Fernández.

La dedicación les vale el cariño de los reclusos, a los que conocen por sus nombres y no por sus condenas o supuestos delitos. Ellos devuelven ese afecto intentando apartarlos de las drogas a través del deporte.

En la organización también han participado Antonio Sánchez y Ruth González, que ha derrochado imaginación para darle cuerpo a las galas de inauguración y clausura, ambas cargadas de un colorido espectacular, a tenor de los medios con que contaba.

Los monitores Alonso Quirós y Manuel Fernández están convencidos de que el deporte es la actividad más liberadora para los 1.500 reclusos de la Prisión Provincial de Alhaurín de la Torre, que cuenta con 53 nacionalidades. Ellos, y otros compañeros, han sido los padres del Mundialito, que también ha sido posible gracias al trabajo de muchos internos.

El Mundialito ha sido preparado a conciencia, ya que los monitores se han encargado de seleccionar a los mejores jugadores analizando las actividades que se desarrollan durante todo el año en el área de Tratamiento de la cárcel.

Muchas de estas prácticas se llevan a cabo gracias al Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá que, con el apoyo de la Empresa Pública de Deporte Andaluz, abandera un programa anual de dinamización deportiva en las 12 prisiones de Andalucía.

Los monitores se encargan de realizar propuestas específicas para las características de cada centro penitenciario. Se trata de usar el deporte como un instrumento más para la reinserción y la rehabilitación.

Con la organización de este Mundialito, Manuel Fernández y Alonso Quirós (entrenador de la selección ganadora: España) han rescatado de forma interna los campeonatos nacionales de fútbol que antes se celebraban entre distintas cárceles. 'De los cuatro que hubo, Málaga ganó tres y fue finalista en otro; luego, el campeonato de Andalucía también lo ganamos', afirma Fernández.

La dedicación les vale el cariño de los reclusos, a los que conocen por sus nombres y no por sus condenas o supuestos delitos. Ellos devuelven ese afecto intentando apartarlos de las drogas a través del deporte.

En la organización también han participado Antonio Sánchez y Ruth González, que ha derrochado imaginación para darle cuerpo a las galas de inauguración y clausura, ambas cargadas de un colorido espectacular, a tenor de los medios con que contaba.

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