Scorsese indaga en las raíces de la violencia en Estados Unidos
El cineasta presenta un avance de 'Gangs of New York', con DiCaprio y Cameron Díaz
Martin Scorsese busca la raíz de la violencia en Estados Unidos en un gran retablo histórico que promete ser un clásico del cine. Gangs of New York recrea uno de los periodos más agitados y menos conocidos de la historia de ese país, los años que van de 1846 a 1863. 'La gente asume que existía una clara línea divisoria entre el norte y el sur durante la guerra civil. Pero Nueva York era muy partidaria del sur. El racismo era predominante, especialmente en contra de los inmigrantes. De hecho, los irlandeses fueron el foco de cada grupo migratorio a Estados Unidos; después de todo, fueron los primeros en desembarcar allí', explicó el cineasta.
Scorsese ha concebido una historia épica de marginados, ambientada entre 1846 y 1863, en los suburbios de la Gran Manzana, cuyo claro mensaje posee una enorme actualidad: la inmigración está en el origen de la riqueza, pero también de los problemas de Norteamérica. Sin embargo, asegura que esta entrega es más sobre personajes que sobre una perspectiva histórica: 'A través de las vivencias de estos individuos, de sus conflictos y venganzas, he intentado retratar la problemática social que se vivía en la ciudad de entonces'.
En los 20 minutos de Gangs of New York proyectados ayer en el festival, el autor de Taxi driver hace gala de su talento y su gran oficio. Y no esconde su debilidad por las historias monumentales en las que logra imprimir enorme fuerza visual, sobre todo en lo que se refiere a las escenas violentas. 'No puede ser de otro modo. Aquéllos eran tiempos muy agitados. De hecho, el siglo XIX es el más sanguinario de la historia norteamericana. Los problemas en los centros urbanos desataban continuamente la violencia, el caos en las calles'.
En Gangs of New York, el realizador ha ilustrado cómo las sucesivas capas de emigrantes que van formando el tejido social norteamericano se enfrentan, luchan, matan y mueren por encontrar acomodo en el país más abierto, pero también más exigente, con los hambrientos que llegan de los cinco continentes. 'Crecí en los barrios del Lower Manhattan. Vivíamos en las calles, donde nos reuníamos y nos contábamos las historias de los tiempos de la fundación de la ciudad y de su refundación con cada llegada de oleadas de nuevos emigrantes'.
Sobre la supuesta disputa entre Scorsese y su distribuidor, Harvey Weinstein, fundador de Miramax Films, en torno a la fecha de estreno, que ha sido postergada en diversas ocasiones, el cineasta aclaró, con cierta tensión: 'Todo se debe al entusiasmo de Harvey. Estaba emocionado con el proyecto. Cuando habló conmigo, me dijo que quería estrenar la película en diciembre, pero yo creí que se refería al próximo diciembre, no al pasado. Todo eso coincidió con la tragedia del 11 de septiembre, así que nuestro proyecto tomó otro rumbo. A la luz de los ataques terroristas, estrenar este filme, centrado en la lucha por la libertad, habría sido contraproducente. Sé que Harvey estaba muy consternado con la idea de esperar, pero era lo mejor para todos. Ahora todo se ha aclarado'.
Otro de los aspectos que inquietó al distribuidor fue la duración excesiva de la cinta -tres horas y media-, lo que significaría, según Weinstein (conocido por su afición al corte de los filmes), 'un puñetazo en el estómago para el público'. Scorsese debe reducir la versión final a 2 horas, 43 minutos. 'Es más una cuestión de tiempo, no de reestructuración dramática', afirmó. Y agregó: 'Nunca estoy satisfecho con los resultados. Siempre busco mejorarlos. Al ver con ustedes esta pequeña edición, me di cuenta de que hay algunos errores que debo corregir. Harvey quiso eliminar tres meses de pos-producción de nuestra agenda, pero yo necesitaré aún más que eso para concluir y pulir a fondo los detalles'. En definitiva, Scorsese admitió: 'Es verdad, tuvimos muchos desacuerdos, pero lo importante es saber ceder para lograr compromisos'.
Para rodar, Scorsese no ha escatimado esfuerzos. Ha reconstruido, en los estudios romanos de Cinecittá, una impresionante réplica del Nueva York de la época. Y se ha valido de miles de extras para poblarla de inmigrantes, de desposeídos y de delincuentes, que luchan con todas sus armas para hacer valer sus derechos y lograr sobrevivir en una tierra sin ley.
Con Scorsese llegaron a La Croisette dos de sus protagonistas, Leonardo DiCaprio y Cameron Díaz. El actor expresó su agradecimiento al director por haberlo incluido en el reparto: 'Lo he admirado desde muy pequeño, por lo que ésta se ha convertido en la mejor experiencia de mi carrera'. La actriz afirmó: 'En contra de lo que piense la gente, los actores no trabajamos por dinero, sino por la oportunidad de trabajar con grandes directores de gran talla, como lo es Martin'.
Babelia
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