A la cárcel por un mes de arresto
Un juez encarcela a un empresario sin antecedentes por quedarse un millón de pesetas que ya devolvió
La justicia puede ser igual de injusta para cualquiera. Hasta para un empresario. José Antonio R. S. se encuentra en la prisión Modelo desde hace una semana para cumplir una pena de un mes y un día de arresto por quedarse poco más de un millón de pesetas que ya devolvió al perjudicado.
De nada le ha servido. Tampoco el hecho de no tener antecedentes penales. El titular del Juzgado de lo Penal número 14 de Barcelona, Esteban Farré Díaz, ordenó que la policía le fuera a buscar a su casa y así ocurrió el pasado 4 de mayo. Lluís Sierra, su abogado, con 20 años de experiencia, afirma que no recuerda una cosa igual en el tiempo que lleva ejerciendo. 'Técnicamente es posible que el juez encarcele a este hombre, pero jurídicamente me parece una barbaridad. La interpretacíón literal de la ley produce este efecto perverso y absurdo', asegura un magistrado de Barcelona que reclama el anonimato.
El primer abogado no pidió la acumulación de las causas y el hombre fue juzgado seis veces
El encarcelamiento del empresario, propietario de una pequeña empresa téxtil, es la culminación de una serie de despropósitos. A principios de la década de 1990 el hombre tuvo un problema con el banco y se quedó sin dinero. Dejó seis deudas a diversas personas que luego, con el tiempo, fue saldando. Pero la justicia no entiende de eso y acabó en el banquillo. Su defensa de entonces hizo de abogado del diablo en vez de defensor de su cliente y no pidió la acumulación de todas las causas en una sola. Por eso, el hombre tuvo que someterse a seis juicios que acabaron en seis condenas en aplicación del derogado Código Penal. La pena mayor fue de cuatro meses de arresto y la menor, de un mes y un día. En todo los casos, por el mismo delito de apropiación indebida cometido entre los años 1993 y 1995.
Los nuevos abogados intentaron remediar el entuerto y pidieron al último juzgado que le condenó que todas las penas se refundieran en una sola. La magistrada del Juzgado de lo Penal número 23 de Barcelona, Mercedes Otero, dictó un auto el pasado 21 de diciembre en el que reconocía que se daban todos los requisitos para refundir las condenas, pero recordó que eso resultaría perjudicial para el preso porque entonces la pena se le quedaría en 12 meses de arresto -el triple de la mayor condena impuesta- en lugar de los 11 meses y tres días que suman las sesis penas.
Sus abogados pidieron entonces a los diferentes juzgados que concedieran al cliente la condena condicional. Es decir, que no ejecutaran las penas. Todos menos uno respondieron que así lo harían. El Juzgado de lo Penal 14, dicen los abogados, ni siquiera contestó y echó por el camino del medio acordando el ingreso en prisión con el beneplácito del fiscal. Total, que la policía fue a buscar al empresario a su casa y ya lleva 10 días durmiendo en la cárcel Modelo. Por suerte está en la primera galería, la que tiene el régimen más blando. El hombre asegura que no entiende nada. Sus abogados tampoco.
El derogado Código Penal, que es por el que se le condenó, preveía la suspensión de la pena en casos en que no superase el año de cárcel y ésa ha sido la práctica habitual de casi todos los jueces. El nuevo Código Penal todavía le es más beneficioso y aumenta ese límite a dos años de prisión. Este texto, además, no impone penas de cárcel inferiores a los seis meses. Ahora queda otro recurso ante el Tribunal Supremo pero está claro que cuando se resuelva, el empresario ya habrá cumplido la totalidad de la pena.
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