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Reportaje:

Pasión por los libros

Dos profesores granadinos, premiados por fomentar la lectura entre los jóvenes

Diapositivas proyectadas sobre la pared de un instituto que muestran algo tan cotidiano y al mismo tiempo tan desconocido como a una persona leyendo. Lectores anónimos en parques, en terrazas, saboreando sus libros. Sobre esas imágenes, citas de grandes personajes históricos, -de Galileo Galilei a Kafka, de Borges a Italo Calvino- elogiando la lectura. Luego un coloquio en el que ellos, el matrimonio formado por Juan Mata y Andrea Villarrubia, despliega tal pasión literaria que su auditorio, en su mayoría adolescente, queda cautivado. Ese coloquio se llama Elogio de la lectura y le ha valido al matrimonio el Premio Fomento a la Lectura de la Junta de Andalucía. Más de 20.000 personas han asistido a sus sesiones en sus once años de existencia.

'Más que un proyecto', explica Andrea Villarrubia, 'es una actividad personal que realizamos en nuestro tiempo libre y que nos ha proporcionado muchos momentos agradables'. Villarrubia, profesora de lengua y literatura en un instituto de Alcalá la Real, recuerda que Elogio de la lectura surgió como una casualidad.

'Fue con motivo del Día del Libro', comenta. 'Yo decidí mostrarles a mis alumnos fotografías de gente normal y corriente leyendo en cualquier sitio. Los estudiantes mostraron mucho interés por aquellas diapositivas. Se lo comenté a Juan y nos pusimos a darle vueltas a la idea'.

Esa idea terminó siendo un encuentro tanto con estudiantes como con gente de la tercera edad con quienes sentarse a charlar un rato sobre libros. Después de la proyección de diapositivas, Mata y Villarrubia inician su coloquio, que a veces puede durar horas, con el auditorio.

'Son encuentros muy apasionantes y enriquecedores', explica Mata, catedrático de Literatura en la Facultad de Ciencias de la Educación. 'Por lo general, los chicos en torno a los 15 años no quieren reconocer en público que leen algún libro, porque lo asocian en cierto modo al amaneramiento. Esa idea cambia en cuanto llegan a los 18 años y tienen inquietudes filosóficas'.

Mata y Villarrubia han llevado sus coloquios a institutos, bibliotecas, centros de adultos o asociaciones de mujeres. La experiencia ha sido única para ellos. 'Recuerdo a una señora que había aprendido a leer ya muy de mayor', dice Mata. 'Nos dijo: he vivido en la oscuridad durante setenta años, y ahora puedo ver la luz. Díganle a los jóvenes lo que es estar en la oscuridad'.

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En grupos de 20 personas o de 300 el matrimonio va desgranando títulos y contando anécdotas hasta que, finalmente, el auditorio queda atrapado. 'La iniciación a la lectura no tiene por qué ser meticulosa y ordenada', dice Mata. 'Por lo general suele ser caótica. Pero en ese caos surge la pasión. No hay que decirles que libros deben leer, sino marcar un itinerario de libros que haga que las primeras lecturas no sean un aburrimiento ni decepcionen'.

De 'Sinuhé el egipcio' a Verne

'Yo recuerdo que el primer libro que leí fue Sinuhé el egipcio y creo que, como yo, otra mucha gente se inició con esa novela', explica el catedrático de Literatura Juan Mata. 'Es curioso también cómo Julio Verne jamás podría haberse imaginado que su literatura iba a ser devorada por millones de adolescentes. Pero el azar en la pasión por la literatura es inevitable'. El matrimonio integrado por Juan Mata y Andrea Villarrubia considera que el fomento a la lectura se puede realizar desde muchas trincheras. La principal: el estímulo, la manera de despertar la curiosidad entre la gente. Pero, ¿se fomenta en España la lectura desde los organismos oficiales? Los dos creen que no. 'Las campañas de fomento de la lectura', ironiza Mata, 'tendrían que empezar por creérselas las mismas personas que las diseñan y que las ponen en funcionamiento'. 'Tratar de obligar a que todo el mundo lea', añade, 'es tan extraño como que hubiese una campaña de fomento de la escritura, es decir, una campaña institucional que obligara a todo el mundo a escribir'. 'La pregunta que hay que hacerse', añade luego, 'es cuál es el modelo que se busca de ciudadano lector. Si lo que se quiere es que la gente lea para ser más libre, más creativa, más crítica y más analítica, los gobiernos saben que lo que estarían creando es una sociedad subversiva'. ¿Qué impulsa al matrimonio a fomentar la lectura entre la gente? 'Tal vez', responde Andrea Villarrubia, 'es porque somos hijos o víctimas de una generación que creyó que el mundo podría cambiarse. Y nosotros aún seguimos creyéndolo. Nuestra pasión por la literatura sigue siendo sincera'. Esa pasión hizo, por ejemplo, que se inscribieran en un intercambio universitario entre las Universidades de Granada y de Pekín para divulgar allí la literatura en castellano. Allí les sorprendieron los sucesos de la Plaza de Tiannanmenn. 'Fue algo impresionante', recuerdan. Esa misma pasión les ha convertido en asesores literarios del Parque de las Ciencias de Granada. Y disfrutan con ello.

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