El ligero ascenso ultra ensombrece las municipales del Reino Unido
El Partido Nacional Británico (BNP en sus siglas en inglés) ensombreció ayer las elecciones municipales en el Reino Unido al ganar 3 de las 45 concejalías de la ciudad de Burnley (norte de Manchester). Es un triunfo testimonial, pero significativo, porque hacía casi 10 años que la extrema derecha no tenía ningún cargo electo. Su resultado medio fue de un 18% en los lugares en los que se presentaba, el mejor desde los años setenta. Para alivio laborista, los conservadores apenas subieron un punto respecto a las catastróficas legislativas de hace casi un año, lo que supone el primer fracaso de su nuevo líder.
La mejor noticia de la jornada, en la que se renovaron casi un tercio de los concejales del país, fue el excelente comportamiento de la participación: casi el 35%. Es una cifra muy buena en un país en el que la mayor participación desde la guerra es un 46% y que había registrado tasas del 28% y 29% en las dos municipales anteriores. El aumento de la participación se debió sobre todo a los nuevos sistemas de voto puestos en marcha en una amplia zona piloto, con un sonoro éxito del voto por correo y un aparente fracaso de las nuevas tecnologías. El voto por Internet sólo produjo un aumento del 1% en la participación, y el electrónico (en los colegios electorales), un 5%, mientras en las zonas en las que no hubo nuevos sistemas la participación subió el 4%. En las ciudades donde sólo se podía votar por correo aumentó un 27%.
En términos políticos, el resultado más llamativo fue los tres concejales conseguidos por el BNP en Burnley. El BNP, un partido abiertamente racista, se presenta en barrios concretos de ciudades en los que tiene posibilidades de ganar debido a su conflictividad racial, por lo que no hay datos comparativos sobre la evolución de su voto respecto al pasado. Su triunfo en Burnley fue inesperado incluso para el propio partido, que confiaba en lograr concejalías en Sunderland y, sobre todo, Oldham. En Burnley logró el 12% de los votos -en las legislativas había conseguido el 11,9%- y el 14% en los 13 barrios sobre 15 en los que tenía candidatos. Una cifra modesta que le proporcionó tres concejales.
Sistema mayoritario
En Oldham, en cambio, no consiguió ningún concejal pese a obtener el 27% de los votos en los cinco barrios en que presentó candidatos y un 6% sobre el total de votos emitidos en la ciudad. Las municipales británicas aplican el sistema mayoritario de forma que gana el candidato más votado de cada barrio, o los dos más votados si se atribuyen dos concejalías.
Los partidos tradicionales tuvieron suerte desigual. Los conservadores, con el 34% de los votos, superaron en un punto a los laboristas, pero todos los análisis les señalaron como los grandes derrotados. En las primeras elecciones desde que se convirtió en nuevo líder tory Iain Duncan Smith, sólo ha mejorado en un punto el voto conservador de las últimas generales. Pese a perder siete puntos y el control de ocho municipios, los laboristas acogieron los resultados con alivio.
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