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Caruana propone el modelo de Andorra para acabar con el problema de Gibraltar

A río revuelto, ganancia de pescadores. El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, sugiere en un artículo publicado ayer por el diario Gibraltar Chronicle que Andorra sea el modelo a seguir para acabar con el contencioso de la Roca. Sus palabras coinciden con un momento de especial tensión en las negociaciones entre España y el Reino Unido. Sus respectivos secretarios de Estado para Europa, Peter Hain y Ramón de Miguel, tendrán hoy en Londres una nueva reunión negociadora. Y el ministro de Exteriores británico viajará mañana al Peñón.

En su artículo, Peter Caruana defiende que 'el modelo de Andorra es el tipo de solución que nosotros podemos examinar con atención y quizá incluso apoyar'. Andorra se define como 'un Estado independiente, de derecho, democrático y social. Su primera Constitución fue aprobada en referéndum el 14 de marzo de 1993. Su régimen político es el de coprincipado parlamentario. Los copríncipes son el obispo de Urgell y el presidente de la República Francesa, que tienen poderes idénticos y son, conjuntamente y de manera indivisa, el jefe del Estado. Es miembro de pleno derecho de Naciones Unidas y tiene un acuerdo especial con la Unión Europea.

Pero no parece que sea tan ambiciosa la solución que manejan españoles y británicos. Hain y De Miguel tendrán hoy la delicada tarea de intentar desbrozar los obstáculos de gran calado surgidos en los últimos días, en los que ambos países han espetado en público lo que hasta ahora sólo se decían en privado: el Reino Unido ha dejado claro por boca de Hain que sólo admitirá un acuerdo definitivo, lo que equivale a pedir a Madrid que se conforme para siempre con compartir con Londres la soberanía.

Soberanía plena

España ha sentenciado a través de su jefe de Gobierno, José María Aznar, que ningún Gobierno español renunciará jamás a reclamar la soberanía plena, aunque pueda conformarse durante mucho tiempo con la cosoberanía.

Ante tanta cacofonía, la prensa británica empieza a dar señales de nerviosismo. The Guardian aseguraba ayer con dramatismo que en caso de acuerdo entre españoles y británicos, el referéndum en Gibraltar podría tardar meses o incluso años en ser convocado. Algo que ya había dado a entender el ministro Hain en los Comunes, donde ha defendido la tesis de que la declaración de principios que negocian Madrid y Londres será luego sometida al parecer del Gobierno gibraltareño y sólo si logra el apoyo de éste convocará la consulta en la Roca. Caruana, en cambio, ha amenazado con convocar unilateralmente el referéndum en cuanto haya declaración hispano-británica para poner de manifiesto el desencuentro de los gibraltareños y torpedear así la fuerza política de esa declaración.

Pese a este clima crispado, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, viajará mañana a Gibraltar en lo que supone la primera visita del jefe de la diplomacia británica desde 1989.

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