El FMI recupera el optimismo y eleva al 2,8% el crecimiento económico mundial
El organismo espera subidas de tipos de interés, pese a que no prevé tensiones inflacionistas
La prosperidad retorna a Estados Unidos y, en menor medida, a la Unión Europea. El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó ayer unas previsiones muy optimistas sobre el crecimiento económico para este año y el próximo, y dio por liquidada una recesión tan efímera que, según el economista jefe de la institución, Kenneth Rogoff, ni siquiera llegó a serlo. El Fondo estima que la economía mundial crecerá un 2,8% en 2002 y un 4% en 2003, sin tensiones inflacionistas, y espera una elevación de los tipos de interés a lo largo de este año.
El estallido de la burbuja bursátil, la crisis de sobreproducción estadounidense y los atentados del 11 de septiembre han sido absorbidos mucho antes de lo que se esperaba. 'El panorama ha cambiado en sólo unos meses; vuelve el crecimiento y hay que pensar en rectificar algunas políticas adoptadas para enfrentarse a lo que parecía una recesión. Me refiero', explicó Rogoff, 'a que conviene pensar de nuevo en equilibrar los presupuestos y, posiblemente, en endurecer las políticas monetarias'.
El FMI, que desde los años setenta aconsejó casi obsesivamente mantener una lucha constante contra la inflación, empieza a modificar su visión del asunto. 'Un país puede tener niveles de inflación demasiado altos, pero también demasiado bajos. Un objetivo de inflación situado por debajo del 2% no es, probablemente, una buena idea', indicó Tamiz Bayoumi, responsable de las previsiones económicas. Los analistas del FMI piensan ahora que una política antiinflacionista demasiado dura frena el crecimiento, incrementa el riesgo de deflación y no proporciona beneficios estimables.
Incluso en cuestiones como el Pacto de Estabilidad, el compromiso europeo de mantener por debajo del 3% del PIB (producto interior bruto) los déficit presupuestarios, la nueva ortodoxia del Fondo aconseja suavidad. 'El Pacto de Estabilidad ha sido y es muy útil para la Unión Europea, ha dado credibilidad al euro y ha obligado a sanear las finanzas públicas, pero creo que en el futuro puede ser interpretado de una forma flexible', comentó Kenneth Rogoff.
La base del optimismo del Fondo radica en el dinamismo de la economía estadounidense, más de una quinta parte de la economía mundial. Se espera que el PIB de la hiperpotencia crezca un 2,3% este año, y un 3,4% el próximo, y se da por prácticamente descartado el peligro de una recaída. Hay, sin embargo, riesgos. El elevadísimo déficit por cuenta corriente, que asciende al 4% del PIB de EEUU, causado por la escasez de ahorro interno y el alto volumen de inversiones extranjeras, podría provocar una caída del dólar. El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, calificó esta semana el déficit por cuenta corriente de 'indicador sin significado'; Rogoff, ayer, le recordó que ese déficit ya había causado caídas del dólar 'con consecuencias bastante dolorosas'. El alto endeudamiento de particulares y empresas es otro de los flancos vulnerables de la primera economía del mundo.
Otro riesgo global subrayado por Rogoff fue el de que la recesión japonesa, la tercera en una década y acompañada de una deflación (descenso de los precios), acabara bloqueando el crecimiento internacional: 'El Banco de Japón debe tomar las medidas necesarias para acabar con la deflación, aunque eso implique devaluar el yen. Los conflictos de un reajuste monetario serían menores, en cualquier caso, que los que puede causar una recesión tan grave en una economía tan importante'.
El tercer riesgo señalado se refería a la posibilidad de un alza súbita en los precios del petróleo. El analista del FMI David Robinson indicó, sin embargo, que la organización no esperaba distorsiones de importancia en los mercados del crudo. 'Como promedio, el precio del barril debería mantenerse este año en torno a los 23 dólares', dijo.
Recesión en Argentina
Las perspectivas del FMI para Latinoamérica son optimistas, salvo en el caso argentino. 'Una contracción significativa de la producción y una aceleración de la inflación parecen inevitables en 2002', se señala en el capítulo argentino del informe semestral de la institución. Las previsiones son duras: una contracción de entre el 10% y el 15% en el PIB, y una inflación de entre el 25% y el 30%. 'No podemos ser muy concretos respecto a Argentina, porque la situación es volátil', explicó Kenneth Rogoff.
La principal economía suramericana, la brasileña, parece escasamente afectada por la crisis de su país vecino, Argentina, y muestra, según Rogoff, señales de buena salud: 'Éste es un año electoral en Brasil y es de esperar que, como en todos los países cuando hay elecciones, las políticas se relajen; pero salvo por la elevada deuda externa, más o menos bajo control, no hay elementos preocupantes'.
En conjunto, el FMI sitúa el crecimiento de las economías de la zona en apenas el 0,7%, frente al 1,7% estimado en diciembre del pasado año.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.