El redactor del nuevo plan urbano de Alicante frena las grandes recalificaciones de suelo

El redactor del nuevo planeamiento de Alicante, Lluís Cantallops, ha rechazado dos grandes operaciones de recalificación de suelo propuestas por particulares al avance del documento que regirá el urbanismo local durante la próxima década. Cantallops se niega a cambiar la calificación de los saladares de Agua Amarga y del paraje del Montnegre, donde se ha propuesto una gran urbanización para 30.000 residentes, y deja para mejor estudio la reclasificación de la Serra Grossa. El PSPV aplaude los criterios de Cantallops y los populares los censuran en parte.

El equipo redactor del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alicante deja claro en la respuesta a las alegaciones al avance del planeamiento que es totalmente contrario a las grandes recalificaciones de suelo. A pesar de las presiones de los promotores de viviendas locales, para disponer de más suelo edificable, y del propio gobierno que preside el popular Luis Díaz Alperi, los urbanistas que diseñan la nueva trama de la ciudad se mantienen firmes en su filosofía inicial de priorizar las actuaciones de rehabilitación en la ciudad consolidada frente a la construcción de nuevas viendas.

Dos ejemplos ilustran el rechazo de Cantallops a las grandes operaciones recalificatorias: el paraje del Monnegre y los saladares de Agua Amarga. En la zona del Monnegre -2.381 hectáreas que lindan con los términos de Xixona, Busot, Aigües y Mutxamel- se ha propuesto la construcción de una gran zona residencial para unos 30.000 habitantes que ocuparían 867 hectáreas. Los redactores del PGOU no sólo rechazan la propuesta, sino que sugieren la ampliación de la clasificación de suelo no urbanizable protegido a todo el ámbito del enclave del Montnegre, y conminan al Ayuntamiento de Alicante a que se oponga a la iniciativa ante el Ayuntamiento de Xixona, ya que parte de los terrenos de la actuación propuesta pertenece a ese municipio.

Saladares

Entre otros argumentos, Cantallops rechaza la propuesta del Montnegre, que también incluye un campo de golf de 140 hectáreas, por tratarse de un enorme complejo segregado, con déficits de equipamientos y con escasa capacidad de atender las necesidades reales de los habitantes que requiere cualquier asentamiento humano de ese tamaño.

La mercantil Marina Blanca, propietaria de buena parte de los saladares de Agua Amarga, ha propuesto al avance del PGOU que sus terrenos, ahora calificados como suelo no urbanizable común, pasen a ser legalmente considerados como red primaria (parque urbano y dotacional ambiental y científico). Lo que pretende esta empresa es que esta zona húmeda pase a titularidad pública a cambio de parcelas edificables.

La respuesta de Cantallops a esta iniciativa, que el alcalde de Alicante ha respaldado públicamente, es demoledora: si fuera aceptada la sugerencia, los propietarios de la Serra Grossa o de otros hitos y parajes calificados como no urbanizables, públicos o privados, podrían plantear propuestas semejantes. 'Se informa que no es necesario, conveniente ni oportuno clasificar como red estructural los suelos del saladar de Agua Amarga, ni los del resto de suelos no urbanizables con algún tipo de protección. Sobre el instrumento legal de protección para este paraje de gran valor ambiental y sobre su gestión futura, Cantallops sostiene que la decisión corresponde a la Consejería de Medio Ambiente.

La firma Serragrossa, SA, se ha opuesto a la clasificación como hito protegido de 27,48 hectáreas en la Serra Grossa. Esta empresa pretende construir en la cúspide del promontorio con excelentes vistas al mar un 'complejo hotelero de máximo nivel, con casino incluido', y la clasificación de 30.000 metros cuadrados de la falda sur como como suelo urbanizable residencial. El equipo redactor responde que esta iniciativa debe analizarse en el contexto general de la ordenación integral y conjunta de todos los suelos de la Serra Grossa, 'uno de los espacios naturales más afectados por las actuaciones urbanísticas desarrolladas entre 1960 y 1980', es decir, la edificación de La Albufereta.

Tras analizar las propuestas particulares al nuevo plan urbano, el portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento alicantino, José Antonio Pina, ha alertado sobre la 'voluntad depredadora del territorio' que contienen muchas de ellas, y animó a Cantallops a que siga frenando las recalificaciones de suelo para evitar que Alicante se convierta en la ciudad más insostenible y dispersa de todo el Mediterráneo español.

El gobierno local, por su parte, no ha ocultado sus discrepancias con el equipo redactor y le ha emplazado a reconducir el documento urbanístico.