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'Tenebra' periodística

'Muerto o vivo, El Asuquiqui ha conseguío mucho (...). Huyó con pasta, es famoso (...)'. Antonio Anglés sigue siendo tema de conversación para los que le conocieron. Y también para los medios de comunicación, que han mantenido estos años el interés por posibles pistas sobre el fugitivo. A los medios de comunicación y a su cobertura informativa del caso Alcàsser está dedicada la segunda parte de Des de la tenebra. Al tiempo que relata la huida de Anglés, la detencion de Ricart, la conmoción general ante los asesinatos y la tortuosa instrucción del sumario, Joan M. Oleaque analiza de manera crítica el tratamiento periodístico del triple crimen. El caso Alcàsser abrió primero las puertas a los reality shows televisivos, a la 'obsesión por mostrar una intimidad desnaturalizada', e impuso el suceso como información destacada, sostiene el autor, para desembocar en una 'locura mediática' que no se ha repetido. De momento, concluye, porque la ausencia de debate interprofesional sobre el caso, augura nuevos excesos.

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'Los medios me utilizaban, pero yo también los utilizaba a ellos', dice Fernando García, padre de una de las víctimas, sobre su relación inicial con los medios, cuando se buscaba a las adolescentes. El contacto perfiló a García, por su capacidad de conectar con la gente, como el portavoz de las familias, un papel protagonista que le convertiría para muchos en un símbolo. Como cuenta Des de la tenebra, la temprana creencia de que tras el crimen se ocultaba una red de prostitución y el convencimiento de que la investigación se cerró con prisa y mal, cimentaron su rechazo a la versión oficial del suceso. Muchas personas se identificaron con la resistencia de García a aceptar que dos delincuentes comunes, uno de ellos fugado, hubieran cometido un crimen tan atroz. Sus ataques al sistema calaron entre la gente, y cristalizaron en una teoría conspiratoria que encontró una intensa cobertura y gran audiencia en Esta noche cruzamos el Mississippi de Tele 5; aunque no sólo, afirma el autor.

Impacto

La 'causa' de Fernando García, a medida que se acercaba el juicio a Ricart, ganaba adeptos entre el público y los perdía entre los periodistas. Estos últimos, afirma el autor, esperaban ansiosos un proceso que refutaría la teoría conspiratoria.

Para Oleaque, el proceso a Ricart se convirtió así en un juicio periodístico a las teorías de García y su colaborador Juan Ignacio Blanco, y los 'excesos de la causa', de rebote, rehabilitaron al 'sistema'. Los medios se volcaron en el juicio, que reflejó y acusó el impacto mediático, especialmente televisivo, del caso. Lo certificó con pasmosa sencillez Enrique Anglés, pillado por el fiscal: 'Es que aquello era la tele, y esto es un juisio'.

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