El Villarreal deja escapar vivo al Alavés
Taconazos, triangulaciones, paredes... Mucho juego bonito, de salón, con un Jorge López en plan artista. El Villarreal agradó la vista a Mendizorroza, que tan poco arte ha observado este año. Fue muy loable su propuesta ofensiva, totalmente irreprochable. Pero, ¿y el resultado? En eso, en lo único que cuenta para la clasificación de la Liga, ganó el otro, el Alavés, con su fútbol más rudimentario, de juego aéreo, estrategia y patadón si se hacía necesario.
¿Injusto? Tal vez, pero seguramente lo que decidió el partido fue algo tan poco tangible como la consistencia. No es que al Alavés le sobre. Numerosos ejemplos ha dado esta temporada de lo contrario. Pero sí tuvo más equilibrio. El Villarreal sólo puso entusiasmo en el ataque, porque en la defensa fue un desastre. En el primer gol nada hay que objetar. Llorens, en una falta directa, enganchó un zurdazo que coló el balón por la mismísima escuadra.
ALAVÉS 2| VILLARREAL 1
Alavés: Herrera; Lombardi, Karmona, Coloccini, Llorens; Turiel (Ibon Begoña, m. 64), Pablo; Astudillo, Jordi (Rubén Navarro, m. 64), Magno (Mara, m. 52); e Iván Alonso. Villarreal: López Vallejo; Roca (Berruet, m. 63), Ballesteros, Quique Álvarez, Arruabarrena; Guayre (Quique Martín, m. 75), Amor (Cagna, m. 75), Galca, Calleja; Jorge López y Víctor. Goles: 1-0. M. 25. Llorens marca de falta directa. 1-1. M. 44. Jorge López caracolea en el área, el balón queda muerto y Calleja empalma un zurzazo. 2-1. M. 67. Coloccini remata con el pie en el área pequeña una falta sacada por Pablo. Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a Lombardi, Roca, Amor, Llorens, Quique Martín y Pablo. 12.482 espectadores en Mendizorroza.
Es cierto que el Villarreal para entonces ya había hecho méritos. El equipo de Víctor Muñoz tuvo una admirable concepción del trato al balón, aprovechó los espacios y se movió al primer toque. Sólo logró marcar al borde del descanso, para empatar el partido, en una jugada iniciada por Jorge López.
Ese gol, de Calleja, pareció significar el principio de una remontada, y la verdad es que el Villarreal, con ese fútbol, tuvo acogotado al Alavés durante la segunda parte. Los mayores errores del equipo de Mané estuvieron en su doble pivote, Turiel y Pablo. El primero tiene una obligación: recuperar balones, y la cumplió a medias; sin embargo, fracasó con el balón. Lo perdió más de lo recomendable en su puesto. Lo mismo que Pablo que, aunque su trabajo de organizador tiene un factor de riesgo, tuvo fallos intolerables. Y ni siquiera las corrigieron con el recurso de turno, las faltas tácticas. Ahí entró el Villarreal en acción. Con el balón entre los pies, daba gusto verlo.
Pero cuando la pelota se paseaba por su área era un chiste. En una falta inocente, todos permitieron a Coloccini rematar con el pie dentro del área pequeña. Una tontería de un segundo que tiró por tierra el trabajo de una tarde entera.
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