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Crónica:LIGA ACB | BALONCESTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Estudiantes destroza la lógica

Remonta 15 puntos al Tau gracias a Jasen y a los americanos

No hay quien entienda a Estudiantes. Vive en el alambre, aún corre el riesgo real de cerrar una temporada aciaga quedándose fuera de las eliminatorias por el título. Ha perdido varios partidos que tenía ganados y, como ayer, gana otros que tenía totalmente fuera de su control. Nadie, ni los mismos jugadores estudiantiles, pensaban que el Tau, el campeón de Copa, un equipo que en condiciones normales es capaz de triturar a cualquiera y que llegó a tomar una ventaja de 15 puntos a diez minutos del final, pudiera caer en Vistalegre.

Si le dicen a Pepu Hernández antes del partido que la remontada la iban a liderar tres actores secundarios, el técnico de Estudiantes habría creido entender mal. Los dos americanos, tan cuestionados, y Jasen culminaron un partido incomprensible. Les ayudó en su faena el Tau que, lejos de sus mejores momentos, estaba pensando más en el próximo miércoles, cuando se jugará en Moscú gran parte de sus posibilidades de entrar en la Final a Cuatro de la Euroliga.

El partido fue tan extraño que lo empezaron protagonizando unos y lo terminaron otros totalmente distintos. Al principio, Felipe Reyes se ganó el sueldo. Mientras estuvo en la cancha, convirtió el partido en una romántica lucha entre él y el resto del mundo. Él, un junior de oro, contra toda la batería de pívots del Tau: Oberto, Tomasevic y Scola. Cuando aún estaba fresco pudo con los dos primeros: anotó nueve de los primeros 13 puntos de Estudiantes y puso a su equipo en un favorable 18-9.

Pero un partido contra el Tau, si éste juega con su trotonería habitual, se hace eterno. Y además tiene a otro junior de oro, a Luis Scola, candidato a entrar en la primera ronda del draft este verano. Talento atacante le sobra. Otro asunto son sus fundamentos defensivos. El argentino dio cordura al Tau, ya que Bennett nunca llegó a encenderse, y equilibró el marcador (39-41 al descanso).

Sin embargo, el pulso en que se convirtió el juego interior tuvo sus bajas: ya antes del descanso había cuatro pívots cargados de faltas. El Tau está acostumbrado a ganar esos pulsos; y Estudiantes a perderlos. El partido iba directo hacia un desenlace lógico. El equipo madrileño, irregular como siempre, se dejó intimidar. El Tau, constante, con su machacona insistencia en jugar debajo de los tableros, aunque sin chispa, llegó a ganar por 15 puntos (45-60, minuto 30). Pero llegó la sinrazón. Garnett y Patterson tomaron la responsabilidad de lo que parecía imposible. Sí, ellos, dos jugadores atrapados por el impecable historial de sus antecesores. Y otro jugador más, un elemento improvisado, Hernán Jasen, un argentino de Estudiantes frente a tres cuartas partes de la selección argentina. Los tres dejaron al Tau sin victoria ni explicaciones.No hay quien entienda a Estudiantes. Vive en el alambre, aún corre el riesgo real de cerrar una temporada aciaga quedándose fuera de las eliminatorias por el título. Ha perdido varios partidos que tenía ganados y, como ayer, gana otros que tenía totalmente fuera de su control. Nadie, ni los mismos jugadores estudiantiles, pensaban que el Tau, el campeón de Copa, un equipo que en condiciones normales es capaz de triturar a cualquiera y que llegó a tomar una ventaja de 15 puntos a diez minutos del final, pudiera caer en Vistalegre.

Si le dicen a Pepu Hernández antes del partido que la remontada la iban a liderar tres actores secundarios, el técnico de Estudiantes habría creido entender mal. Los dos americanos, tan cuestionados, y Jasen culminaron un partido incomprensible. Les ayudó en su faena el Tau que, lejos de sus mejores momentos, estaba pensando más en el próximo miércoles, cuando se jugará en Moscú gran parte de sus posibilidades de entrar en la Final a Cuatro de la Euroliga.

El partido fue tan extraño que lo empezaron protagonizando unos y lo terminaron otros totalmente distintos. Al principio, Felipe Reyes se ganó el sueldo. Mientras estuvo en la cancha, convirtió el partido en una romántica lucha entre él y el resto del mundo. Él, un junior de oro, contra toda la batería de pívots del Tau: Oberto, Tomasevic y Scola. Cuando aún estaba fresco pudo con los dos primeros: anotó nueve de los primeros 13 puntos de Estudiantes y puso a su equipo en un favorable 18-9.

Pero un partido contra el Tau, si éste juega con su trotonería habitual, se hace eterno. Y además tiene a otro junior de oro, a Luis Scola, candidato a entrar en la primera ronda del draft este verano. Talento atacante le sobra. Otro asunto son sus fundamentos defensivos. El argentino dio cordura al Tau, ya que Bennett nunca llegó a encenderse, y equilibró el marcador (39-41 al descanso).

Sin embargo, el pulso en que se convirtió el juego interior tuvo sus bajas: ya antes del descanso había cuatro pívots cargados de faltas. El Tau está acostumbrado a ganar esos pulsos; y Estudiantes a perderlos. El partido iba directo hacia un desenlace lógico. El equipo madrileño, irregular como siempre, se dejó intimidar. El Tau, constante, con su machacona insistencia en jugar debajo de los tableros, aunque sin chispa, llegó a ganar por 15 puntos (45-60, minuto 30). Pero llegó la sinrazón. Garnett y Patterson tomaron la responsabilidad de lo que parecía imposible. Sí, ellos, dos jugadores atrapados por el impecable historial de sus antecesores. Y otro jugador más, un elemento improvisado, Hernán Jasen, un argentino de Estudiantes frente a tres cuartas partes de la selección argentina. Los tres dejaron al Tau sin victoria ni explicaciones.

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