Vagner castiga la cobardía del Alavés y mete al Celta en Europa
La afición del Celta ya puede dar por hecha la clasificación de su equipo para Europa. Sólo le queda descubrir en qué competición. Ayer se deshizo con paciencia y facilidad del Alavés, un rival que pretendía ser directo, pero se demostró que no, que esa lucha es totalmente ficticia. El equipo de Mané no está a la altura. Le falta atrevimiento y ambición. Y le sobra miedo. El Celta es otra cosa. Se siente en las nubes. Además, sabe aprovechar la buena forma de alguno de sus jugadores, como Vagner. Él, desde el centro del campo, capitaneó al equipo y se encargó también de los goles.
Ya lo apuntó en San Mamés en la anterior jornada, en un partido sensacional del brasileño. Tal vez aquel 1-6 al Athletic hizo mella ayer y el Alavés acudió a Vigo con el pánico en el cuerpo. Sea por la causa que sea, desde luego, el adversario del Celta no dejó huella en Balaídos. Propuso un partido pobre. Por primera vez en toda la temporada, Mané alineó a tres centrales en una táctica tan descarada que ni siquiera utilizó delanteros. Magno era, más bien, el primer defensor. Ni tenía el balón ni lo quería. Estaba claro que todo quedaba en los pies del Celta. Normalmente en estos casos el equipo de Víctor Fernández no se arruga. Tiene toque y fantasía, unas virtudes raras en el fútbol actual, hasta tal punto que alguno los considerará defectos.
CELTA 3| ALAVÉS 1
Celta: Cavallero; Méndez, Cáceres, Sergio, Sylvinho; Vagner (Maurice, m. 83), Luccin; Karpin (Giovanella, m. 78), Mostovoi, Jesuli (Edu, m. 70); y Catanha. Alavés: Herrera; Geli, Coloccini, Karmona, Téllez (Iván Alonso, m. 57), Llorens; Mara (Witschge, m. 46), Astudillo, Pablo (Turiel, m. 66), Jordi; y Magno. Goles: 1-0. M. 52. Vagner culmina una triangulación de Karpin y Mostovoi. 2-0. M. 74. Vagner, de fuerte zurdazo. 3-0. M. 82. Catanha cabecea una falta sacada por Mostovoi. 3-1. M. 89. Coloccini, de cabeza. Árbitro: Megía Dávila. Amonestó a Téllez, Astudillo, Pablo y Luccin. 17.000 espectadores en Balaídos.
Sin embargo, al Celta se le planteó un problema. Para llegar a la imaginación de Mostovoi y Karpin, el balón tiene que pasar antes por Luccin o Vagner. Y esa conexión no funcionó en el primer tiempo. Salvo contadas ocasiones, el Celta no pudo atravesar la maraña alavesista. Tan contadas como se pueden enumerar. Una pared entre los dos rusos, una cabalgada de Sylvinho y una acción individual de Vagner que Mostovoi no supo remachar fue todo. Por el Alavés, la única noticia la dieron -con una gran jugada, eso sí- Jordi, Magno y Geli en una lección de verticalidad y primer toque.
Pero Víctor tuvo tanto tiempo para pensar que encontró la solución. Llegó desde atrás. Karpin y Mostovoi prepararon el camino y Vagner lo terminó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.