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Damon Albarn hace de su primer disco un diálogo con la cultura de Malí

El cantante de Blur grabó 40 horas de ritmos y voces tradicionales

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Agobiado por los enredos de la fama, Damon Albarn retiró a su formación Blur del circuito musical y escondió su rostro tras las caricaturas de Gorillaz, la banda virtual revelación del año pasado. El cantante inglés vuelve a dar la cara en Mali Music, su primer disco con músicos de este vasto país africano, que ayer presentó en Londres junto a Afel Bocoum. 'El diálogo con Malí no termina aquí, sólo es el principio', dijo. 'Eso espero', añadió su colega maliense, 'pero el principio siempre es lo más difícil'.

Damon Albarn, de 34 años, viajó a Bamako y otros enclaves próximos a la capital maliense en julio de 2000 invitado por la fundación benéfica Oxfam, destinataria de parte de los beneficios del disco que él mismo ha producido y financiado. 'Fui a Malí como músico, no como celebridad. La fama es una faceta discutible de mi vida, que ni soporto bien ni acepto', puntualiza en Londres. Esa primera visita fue corta, pero fructífera. En sesiones espontáneas con músicos locales, en sus viviendas o entre el bullicio de la calle, acompañándoles en ocasiones en la melodía, el artista inglés grabó 40 horas de ritmos y voces tradicionales.

Los grandes nombres de la cultura maliense asistieron a las veladas. El propio Bocoum, cantante, guitarrista y protegido de Ali Farka Toure; Toumani Diabaté, el virtuoso de la kora que ha grabado un par de discos con Ketama; el trovador Kassé Mady Diabaté y, entre otros, Ko Kan Ko Sata Doumbia, al parecer, la única mujer instrumentista del país. 'Trabajé duro concentrándome casi en exclusiva en escuchar, observar e intentar absorberlo todo. De vuelta a Londres, sin una agenda específica y de una manera irracional, hice el disco a partir de esas grabaciones', recuerda Albarn.

'Damon vino con una actitud muy abierta y mis expectativas se han cumplido. Él es el promotor del disco, pero yo también tenía algo que decir y supo comprenderme. No se trata de otro proyecto de música world, sino de crear música a través de culturas diferentes. El aprendizaje es mutuo', apunta Afel Bocoume. 'En un país africano debes superar la blancura de tu rostro, despreocuparte de tu piel porque si no te bloqueas y no haces nada. Malí es tremendamente inspirador si mantienes el corazón abierto, pero desolador si lo ves desde otra luz', señala Albarn.

El músico estructuró las 40 horas de cintas grabadas en 16 canciones. Añadió su voz, sonidos reggae, pop, electrónicos y, en algunos temas, respetó la versión original. Los músicos malienses dieron los penúltimos toques al disco, que sale a la calle a mediados de abril y que anoche presentó en directo en el Centro Barbican, de Londres. 'Es una fusión de culturas más completa y revolucionaria que proyectos anteriores, como la colaboración entre Ry Cooder y Ali Farka Touré', defiende Bocoum.

'Personalmente, este proyecto coincidió con el nacimiento de mi hija', cuenta Albarn. 'Me ayudó a perder el engreimiento de una adolescencia prolongada y he madurado a lo largo del proceso. Bueno, eso espero'.

Bocoum reivindica el espíritu de colaboración del disco, la necesidad de mirarse como iguales, ya sea entre individuos o continentes. 'Nuestros instrumentos y canciones emiten un mensaje sobre pobreza, mortalidad infantil, deuda... Ustedes van por delante y nosotros por detrás. Pero esta situación podría cambiar y, por tanto, ustedes no deben dejar de mirar atrás', dice en referencia a la relación entre los países ricos y pobres.

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