'En poesía se gana con la concisión'

Es un poeta silencioso y certero. Sin las grandes alharacas publicitarias de otros muchos escritores, Rafael Juárez ha ido esculpiendo una obra intensa y clara a base de disciplina y talento. Ahora, veinte años después de haber comenzado a publicar, la editorial Comares publica en su colección La Veleta Para siempre, una antología poética que recoge su producción desde 1978 hasta 1999. La obra ha sido presentada esta semana. Juárez pertenece a un grupo de literatos intensamente vinculados con Granada como pueden ser Antonio Muñoz Molina o Pilar Mañas. Para él, el oficio de la poesía está en despojarla de todo artificio. 'En poesía', dice, 'se gana con la concisión y se pierde con la abundancia'.

Pregunta. Usted, en su obra, recurre a la rima, a la métrica poética... ¿Se considera un poeta fuera de la moda?

Respuesta. Digamos que me considero más contemporáneo de los poetas de los que he aprendido que de los poetas que viven hoy. Tampoco me siento un poeta del siglo XVIII o XIX. Sigo siendo un poeta del siglo XX. Lo que sucede es que me gusta utilizar los recursos tradicionales. La rima, la estrofa, el verso medido, todo eso lleva implícito un afán de depurar.

P. Muchos dicen que esos recursos hacen retórico un poema...

R. Eso es cuando el poeta que los escribe es retórico. Yo lo que busco cada vez más es la claridad, la concisión y la limpieza en la expresión.

P. ¿Es usted de esa clase de poetas que están continuamente dándole vueltas en la cabeza a un verso?

R. No. Soy de esas personas que se pueden tirar un año sin escribir, pero que, cuando escriben, lo hacen muy rápido. Muy pocas veces retoco lo que he escrito. Retocar es, en cierto modo, destruir. No se trata tanto de pulir y repulir como de esperar el momento a que la palabra y la intención del poeta coincidan.

P. ¿Han sido los poetas hoy sustituidos por los letristas de canciones? Hoy los cantantes son tan famosos como lo eran los poetas hace sesenta años...

R. En mi caso, el tipo de poesía que yo hago sí tiene que ver con la poesía cantada que oía de joven. Aunque haya leído a Lorca, a Machado, a Alberti, mi formación está más relacionada con esos poemas cantados por cantautores como Lluis Llach o Paco Ibáñez. El que la poesía se cante o las letras de las canciones tengan calidad poética me parece muy apropiado y envidiable. Luego hay otro nivel, que es el de la intimidad del lenguaje, que es propio de la poesía escrita, cosas que no se pueden cantar y que son de una gran calidad. Por otro lado creo que, por ejemplo, el flamenco es de gran calidad.