El Betis perdona al Zaragoza

El Betis arrancó un empate de La Romareda y ya lleva 11 encuentros seguidos sin conocer la derrota. Sin embargo, ayer mereció llevarse algo más y haberse colocado en una posición muy franca para aspirar a todo. Por juego y por oportunidades así tuvo que ser.

Su gran secreto, probablemente, su perfecta jerarquía táctica. Denilson y Joaquín son dos de los mejores extremos de la Liga y le dan a su equipo una amplitud que permite ensanchar el campo de forma muy efectiva. Adquieren también un papel importante Capi y Benjamín. Los dos estuvieron sensacionales, contemporizando y llegando con peligro al área.

El Betis fue mejor sobre todo en el segundo tiempo. Antes, en la primera mitad, se topó con un Zaragoza muy concentrado, consciente de la trascendencia de los puntos en juego, que encontró en el apoyo de su afición su mejor argumento para buscar la victoria. Y eso que Luis Costa tuvo que presentar una defensa de circunstancias, con dos habituales laterales, Komljenovic y Pablo, actuando como centrales.

Pero, lejos de la actitud ramplona de otras tardes, el conjunto aragonés afrontó el choque como una verdadera final. Realizó una excelente presión en el centro del campo, lo que llevó a Acuña, José Ignacio y Aragón a recuperar un gran número de balones. Simplemente con eso, con la virtud de la constancia, el Zaragoza fue capaz de crear problemas al Betis durante los primeros 45 minutos.

Y obtuvo a cambio un excelente premio, el gol de Bilic, que sorprendió a Prats con un disparo potente desde la frontal del área. El jugador croata marcó ayer, justamente cuando más lo necesitaba el Zaragoza, su primer gol de la temporada. Pero este tanto no fue suficiente y, tras la reanudación, el Betis expuso un mejor juego que le acercó a la victoria. Hasta dos veces sacó la zaga zaragocista el balón desde la misma línea de gol, a Ikpeba le fue anulado un tanto legal y el peligro siempre rondó el área del Zaragoza.

Otro de los aspectos en los que el Betis fue muy superior fue en el físico. A Juande Ramos se le acusa de preparar equipos muy fuertes para la primera vuelta que van perdiendo fuelle según avanza el campeonato. Pero ayer dio una muestra de estar en un gran momento. Encerró al Zaragoza y le hizo correr detrás del balón. Y si no ganó fue porque se mostró incapaz de concretar sus ocasiones.