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Aznar advierte de que no hay alternativa a las reformas

José María Aznar hizo ayer un último llamamiento, en vísperas del Consejo Europeo que comienza hoy, a la liberalización de las economías, que, afirmó, no admite alternativa razonable. Además, reiteró que confía en que los Quince logren en Barcelona acuerdos 'concretos' en esa dirección, aunque adelantó un argumento que sus portavoces empiezan a repetir como defensa frente a posibles críticas sobre una eventual falta de resultados de la reunión: el Consejo, dijo, debe ser juzgado por lo que puede conseguir y no por lo que se querría que consiguiera.

'Barcelona no tiene que ser ni el comienzo ni el final de nada', afirmó el presidente del Gobierno. La frase, que lleva camino de convertirse en una muletilla en estas últimas horas, adquiere pleno sentido a la luz de esta otra: 'Vamos a lograr un avance importante, pero siempre hay que distinguir entre lo que podemos desear y lo que podemos conseguir. Si digo que podemos liberalizar los dos tercios del mercado de la electricidad, no es el cien por cien. A mí me gustaría que lo fuera. En cualquier caso, el mensaje tiene que ser muy claro de apertura'. Según datos de la Comisión Europea, el mercado de la electricidad está ya liberalizado en un 66% en Europa, como media. Aznar hizo estas afirmaciones ante un público absolutamente convencido de las bondades de las reformas económicas promovidas al amparo de la estrategia acordada por la UE en Lisboa en el año 2000, como son los presidentes de las patronales de los Quince reunidos ayer en el marco de la UNICE, la patronal europea.

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Por eso su mensaje fundamental no pareció dirigido a esta audiencia, sino más bien a los jefes de Gobierno de los países representados en la mesa. 'Tiene que quedar muy claro', dijo, 'que las políticas que no son del signo reformista y liberal que aquí se promueven no nos llevarán a mejorar nuestra competitividad ni a lograr el pleno empleo'.

Aznar se acogió luego a la neutralidad que le corresponde como presidente de turno de la Unión para no repetir la acusación que lanzó el mes pasado en El Escorial de que 'las políticas socialistas son un freno al proceso de Lisboa'. 'Aquí en Barcelona no me corresponde señalar a nadie', respondió a uno de los congregados que le preguntó qué países son los más favorables a que la UE regule las reestructuraciones empresariales. 'A mí me parece un error tremendo', añadió, 'y espero que la Comisión no lo plantee'.

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