Los técnicos estudian el cambio de todas las cubiertas del Museo Picasso
Aunque el incendio no afectó más que a una parte de la cubierta del edificio, los técnicos estudian la posibilidad de hacer nuevos todos los tejados de la segunda planta del futuro Museo Picasso de Málaga, según fuentes de la obra.
Unos 600.000 euros costará reparar las cubiertas y rehacer los dos artesonados destruidos por el incendio que se produjo el viernes en el Palacio de Buenavista, que se restaura para convertirlo en museo a partir de octubre del año que viene. Esta cifra es provisional y se refiere a los tejados de la crujía paralela a la calle San Agustín en la que estaban las dos salas afectadas.
El coste final depende de las obras complementarias que se acometan: técnicos y responsables de la obra estudian ahora la posibilidad de hacer nuevas todas las cubiertas de la segunda planta. No hay una decisión tomada, pero esta idea se ha abierto paso en los últimos días. En todo caso, la reparación de las cubiertas dañadas por el incendio puede estar lista en 30 ó 45 días y costar unos 300.000 euros. Los dos artesonados podrían estar fabricados en dos meses, a un precio que rondaría también los 300.000 euros, aunque su colocación dependerá de la instalación técnica que se quiere hacer en los techos, aprovechando que están libres.
Oficialmente nada se dice. La delegada de la Consejería de Cultura, Rosa Torres, incluso declaró ayer a este periódico que 'todavía no se ha acabado de limpiar la zona afectada porque la policía científica quiere terminar su trabajo'. La policía, por su parte, ha descartado por completo que el incendio pudiera ser intencionado. Torres reiteró que el arreglo de los daños correrá por cuenta de la empresa constructora. Ferrovial cuenta con un seguro, pero ayer no informó sobre el montante en el que se había valorado el artesonado del siglo XVI, destruido en el incendio, que tenía unas dimensiones de 11,60 x 4,60 metros.
La delegada de la Junta precisó que este artesonado 'era una pieza importante que estaba documentada hasta en los detalles y no resultará un problema su reconstrucción'. El artesonado destruido estuvo en el Convento de Santa Clara hasta la desamortización y, con el tiempo, acabó colocándose en el Palacio de Buenavista en la reforma que se acometió a partir de 1940. Como las dimensiones eran distintas, quedaba incompleto, por este motivo se había documentado, para completarlo. Al parecer, en la reinstalación de hace medio siglo se aprovecharon sobre todo los adornos. En el resto de la decoración había vigas huecas, todo en madera de pino.
Todas las fuentes consultadas confirmaron ayer la fecha del 24 de octubre de 2003 para la inauguración del Museo Picasso. 'Hay dos equipos independientes trabajando, con 70 personas en total: el del Palacio de Buenavista tenía un margen amplio respecto al que construye la parte nueva, por lo que el conjunto no va a sufrir retrasos', dicen fuentes oficiales. La actuación en el Palacio de Buenavista significa alrededor de un 20% del conjunto de la operación.
En todo caso, ayer la concejal de Cultura del Ayuntamiento, Ana Rico (PP), se quejó la 'poca información que tienen los malagueños sobre este tema'. La concejal aprovechó para pedir a la Junta 'un poquito más de responsabilidad y de cuidado'. Adelantándose a la investigación sobre las causas del accidente, Rico deslizó que 'no se sabe si se podía haber evitado'.
Un oficio vigente
Los dos artesonados destruidos en el incendio tenían una superficie total de 81,36 metros cuadrados. Su reconstrucción será posible porque artesanos cualificados mantienen vigente el oficio en toda Andalucía. Hay alguna empresa prestigiosa en Jaén y Sevilla. No es una tarea muy barroca, de molduración, sino de piezas que encajan unas con otras. El más valioso de los techos destruidos tenía forma de barca invertida y una superficie de 53,36 metros cuadrados. Era mudéjar y está inventariado por la historiadora María Dolores Aguilar como 'una armadura de par y nudillo, con restos de lazo a base de crucetas'. El segundo artesonado medía 5,60 x 5 metros. Era un alfarje plano cuyo fondo de tabicas estaba decorado con exágonos entrelazados por las calles que dejan las vigas.
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