Archivado el expediente por desacato al jefe de la Policía Local donostiarra

El comisario jefe de la Guardia Municipal de San Sebastián, Mikel Gotzon Santamaría, actuó correctamente el pasado 6 de diciembre cuando se negó a entrar por la fuerza en el despacho municipal de Batasuna para retirar una pancarta en favor de los presos de ETA por orden de María San Gil (PP), alcaldesa en funciones en aquel momento. Así lo establece el instructor de las diligencias municipales informativas, incoadas para dilucidar si existió o no desacato, que han sido archivadas de forma definitiva. 'No es que el funcionario' incumpliera 'la orden', explica el documento, sino que 'la alternativa de su cumplimiento entrando en el despacho contra la voluntad de sus ocupantes entrañaba dudas razonables acerca de su licitud, que convenía fueran despejadas'. San Gil recurrirá el archivo. 'Me parece increíble que las órdenes de la alcaldesa en funciones puedan no cumplirse. Yo no entro en cómo, simplemente digo que se quite', precisó ayer.

Los hechos se remontan a principios de diciembre de 2001, cuando el alcalde, el socialista Odón Elorza, se ausentó de San Sebastián y delegó sus funciones en la primera teniente de alcalde, aunque incluyó en su escrito una reserva nunca antes expresada. Establecía que, 'salvo situaciones de extraordinaria emergencia', cualquier entrada en los despachos de los grupos municipales 'deberá realizarse por parte del personal autorizado y en presencia de alguno de los concejales del partido en cuestión'. San Gil, como cada vez que sustituye al alcalde, exigió que se retirara la pancarta de Euskal Presoak, Euskal Herrira; una orden que , según el informe es 'legítima' y se ajusta tanto al bando de Alcaldía sobre limpieza como a la ordenanza de ornato de la ciudad.

Los agentes de la Guardia Municipal llamaron en dos ocasiones al despacho de Batasuna, se encontraron con la oposición del concejal Josetxo Ibazeta a darles entrada y se retiraron del lugar. Santamaría, que consultó su forma de actuar con el concejal responsable del cuerpo, Ernesto Gasco, se negó entonces a acatar la orden de San Gil y le expresó sus 'dudas sobre la legalidad de la entrada en el despacho (...) empleando la fuerza'. Un día después, la alcaldesa solicitaba la apertura del expediente.

El instructor estima que el comisario jefe 'no incurrió en falta disciplinaria ninguna', porque intentó el acceso en dos ocasiones, siguió las instrucciones del concejal delegado y no estaba clara la legalidad de la intervención, atendiendo al Código Penal y al dictado de Alcaldía.

San Gil buscará argumentos legales contra este archivo que juzga 'increíble'. 'Yo ordeno que se quite la pancarta, no digo cómo. Hemos llegado a utilizar el camión de los bomberos en otras ocasiones para no entrar en los despachos. Si hasta ahora se han retirado, no entiendo por qué en esta ocasión no'. Sus críticas alcanzan de lleno al alcalde. 'Me veo bastante exenta de cumplir sus órdenes, porque veo que la autoridad no tiene por qué respetarse', ironiza. Al mismo tiempo, acusa a Elorza de 'incongruente'. 'Insta al hotel Orly con amenazas a que retire su cartel, ¿ y la pancarta que tiene en el balcón de su casa no le molesta?Se mete con el débil, con el que no da miedo', reprocha.