Tres orejas para Rafael Ortega
Se premió con tres orejas, que podían haber sido cuatro, a Rafael Ortega, por dos emotivas y completas faenas. Al incierto tercero lo capoteó con valor y exponiendo mucho se asomó al balcón con los palitroques. Estructuró series de cristalinos redondos y dejó la toledana hasta el pomo. Al ser devuelto el quinto por manso, lanceó al suave segundo sobrero con elegancia y lo banderilleó soberbiamente. Ligó con temples sus lentos y bellos derechazos y al dejar el acero en la yema, el oponente rodó patas arriba.
Antonio Urrutia lidió al brusco primer sobrero al devolverse el segundo por manso. Al dar un pase, el viento lo descubrió y el adversario lo levantó prendiéndolo en la entrepierna, resultando con posibles fracturas de dos costillas y del brazo derecho. Repuesto de la paliza, continuó en el ruedo y con enjundia lo toreó por el lado derecho. Por más voluntad en su desempeño que puso con el cuarto, que cabeceaba y no humillaba, poco pudo hacer.
Barralva / Urrutia, Ortega, Liria
Ocho toros de Barralva, en busca de cartel (devuelto el 2º y 5º por mansos): de respeto, descarados y fuertes; encastados 3º y 5º bis; resto, desarrollaron sentido. Antonio Urrutia: tres pinchazos -primer aviso-, pinchazo, media -segundo aviso-, dos descabellos y se echa el toro (silencio); estocada caída (pitos). Rafael Ortega: estocada (oreja); estocada honda (dos orejas). Pepín Liria, que confirmó alternativa: pinchazo y estocada tendida (salida al tercio); pinchazo, descabello y se echa el toro (palmas). Monumental Plaza México, 3 de marzo, 20ª corrida y última de la temporada 2001-2002. Un cuarto de entrada.
Al peligroso primero, Pepín Liria, con hombría y aguante, le bajó la mano corriéndosela en dramáticas y estrujantes series de derechazos y naturales. Con el tardo y rebrincón sexto mostró sus dotes de lidiador y cargó la suerte en los naturales.
El encierro corrido procede de vacas y sementales de Atanasio Fernández importados a México en 1997. Increíble pero cierto. La corrida duró cuatro horas 15 minutos debido a dos interrupciones para echar a los corrales a los dos mansos. En la primera ocasión se suspendió una hora porque los cabestros no arropaban a la res y tuvo que ser devuelto por la puerta de picadores y en el túnel fue apuntillado; en la segunda ocasión tardaron 30 minutos por los mismos motivos.
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