'Me gusta 'Falstaff' porque tiene una alegría a la que no estoy acostumbrada'
Se vestirá hoy con los ropajes que el figurinista Ezio Frigerio diseñó hace 22 años para su personaje de Alice Ford. La cantante chilena Verónica Villarroel es la protagonista del montaje de Falstaff, última ópera compuesta por Giuseppe Verdi y estrenada en 1893, que el mítico Giorgio Strehler diseñó hace dos décadas para la Scala de Milán y que a partir de hoy se verá en el Teatro Real. Para Villarroel, cantante que ha actuado con bastante regularidad en España, el jolgorio y la gran celebración de la vida que es Falstaff suponen un placer. El espíritu sarcástico, burlón, juguetón de la obra casa perfectamente con ese mensaje de 'todo en este mundo es broma'. Y eso atrae a una soprano especializada en grandes dramas. 'Me gusta Falstaff porque tiene una alegría a la que no estoy acostumbrada', dice Villarroel.
La pregunta que la obsesiona sobre esta ópera, en la que Ambrogio Maestri, como John Falstaff, y Manuel Lanza, como Ford, la acompañan en el reparto, es: '¿En qué pensaba Verdi cuando la componía? ¿Qué quería transmitirnos como mensaje final?'. Quizá sentido del humor, alegría de vivir. Y cree que el secreto de un Falstaff bien cantado es conseguir que no se desgaje cada pieza de un engranaje coral. 'Exige concentración, mucha pureza, musicalmente es difícil, pero si tienes un buen equipo, funciona perfectamente'.
Instinto
Villarroel es cantante de instinto. Aprendió de oído e imitando voces. Alguien le sugirió mientras vendía productos de limpieza a domicilio en Santiago de Chile para ayudar a desahogar la economía familiar que se metiera en un coro. De ahí se lanzó a hacer una prueba para cantar zarzuelas. 'Desde siempre he cantado ese género. Me dijeron que preparara una romanza de La rosa del azafrán, lo hice y dio buen resultado'.
Luego llegó la ópera. Le dijeron que se aprendiera 'Ritorna vincitor', de Aida, y así fue. 'Yo no sabía ni qué era Aida. Estaba en la onda de John Travolta y los Bee Gees, pero lo hice también'. Luego le sugirieron un paso definitivo: cantar Musetta en una Bohème. Lo grande es que Mimi iba a ser Renata Scotto, una gran diva de la ópera. 'También lo hice por ese atrevimiento de la juventud y porque ni sabía quién era ella'. Tiempo tuvo de enterarse después. Scotto quedó impresionada por esa joven morena de raza y se la llevó a Nueva York. Allí, la soprano italiana consiguió que entrara en la Juillard School sin controlar ni el do, re, mi, fa, sol pese a que es condición indispensable para los aspirantes saber música. 'Renata se convirtió en mi madre musical, me llevó a Nueva York y me abrió las puertas'. Desde entonces, Villarroel vive en la Gran Manzana y es asidua cantante en el Metropolitan Opera House. Desde allí ha realizado una carrera completa, con la que se ha especializado en papeles dramáticos de obras como Don Carlo, Otello, Il trovatore o La Traviata, de Verdi; Fausto, de Gounod; Madama Butterfly o la tierna Liu de Turandot, de Puccini...
Cree que la excelente generación de cantantes españoles y latinoamericanos en la actualidad tiene que ver con buenos ejemplos: 'Todos necesitamos una buena inspiración para darnos cuenta de que cualquier persona normal puede esconder un talento enorme'. Le gusta que, cuando vuelve a su país, la expriman y quieran saber todo sobre ella. 'Está tan lejos Chile que es normal que quieran aprovechar'.
Disciplina
A pesar de que vive en un mundo de gloria, cada vez le pesa más la soledad. 'Nuestro estilo de vida no es lo que se ve en los escenarios. Hay un divorcio entre tu trabajo y tu vida personal. Debes ser muy disciplinado. Cuando se tiene talento, las cosas vienen fáciles, aunque muchos se olvidan de lo que hay que sudar', cuenta. Y agrega: 'Es dura esta vida. No puedes formar una familia porque no podrías ocuparte de tus hijos como debieras'.
Para nadar en un mundo hostil, ella recomienda algunas cosas. 'La voz no lo es todo. Hay que cuidarla, porque es tu instrumento y es vulnerable. Otras armas con las que hay que contar son la inteligencia y con saber decir no'. ¿A qué? ¿A quién? 'Muchas veces tienes que vértelas con gente mala y debes ser fuerte, muy valiente y también muy agradecida', cuenta. Y todavía es peor si eres mujer, según ella. 'Una sufre cambios muy grandes. La mayoría de las veces, si eres mujer, joven y estás sola, todo es más difícil y se ven cosas muy feas'.
¿Cuáles? 'Abuso de poder, envidia, celos y...'. Villarroel calla y consulta a su agente de prensa: '¿Lo digo?'. 'Sí, adelante', le indican. La cantante vuelve la mirada y agrega: 'En este mundo hay mucho acoso sexual. No digo en todos los teatros, pero es algo que está muy generalizado. Hay lugares de los que me he tenido que ir a mitad de un montaje porque la situación era insostenible. Lo más importante en la vida son los principios y no me habría respetado a mí misma si hubiese seguido adelante con ciertas situaciones'.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.