De Pedro afloja la tensión de la Real en Anoeta

Apenas un minuto después de iniciarse el encuentro, la Real se inventó un gol con un pase magistral de De Pedro, el mejor fichaje de los donostiarras. Con el gol, su equipo halló la serenidad que reclama para jugar al fútbol sin sufrir ataques de pánico.

Puede que la ciclotimia del centrocampista zurdo sea irreversible, pero su club debería invertir cada invierno en regenerar su ilusión en lugar de repartir millones por Europa. Con semejante bofetada inicial, el Zaragoza se quedó en la lona, braceando para frenar las apariciones y los pases envenenados de De Pedro, desatado pero desasistido: en funciones de medio punta, Idiakez es un desastre. Cosas de Toshack, que empeñado en hacerle un hueco al turco Nihat sentó en el banquillo a Koklov, de lejos el único jugador de la Real con talento para llegar a puerta en condiciones.

El Zaragoza, invisible en la primera mitad, se estrujó el cerebro para acercarse a Alberto y, una vez ahí, sólo tuvo que elevar el balón para que la defensa local perdiera -como acostumbra- los papeles. Pero el tercer tanto agotó a los de Luis Costa, demasiado blandos.