El teólogo Jon Sobrino denuncia la degeneración de la política porque 'sólo reafirma principios personales'

'Hay una degeneración de la política, no es un camino para la luz sino para la reafirmación de principios personales'. Esa fue una de las afirmaciones que el teólogo y jesuita Jon Sobrino hizo ayer en la conferencia que pronunció en el Centro Arrupe de Valencia, donde recibió el I Premio Ignacio Ellacuría al compromiso en la defensa de los derechos humanos, concedido por la ONG Abogados del Mundo, organizadora del acto.

Jon Sobrino repasó ayer algunos de los últimos grandes acontecimientos desde la perspectiva que le da su trabajo en el país centroamericano al frente del centro Óscar Romero (en memoria del obispo asesinado en El Salvador) y su pertenencia a la Universidad Centro Americana (UCA), donde fueron asesinados seis de sus compañeros jesuitas en 1989, entre ellos Ellacuría. 'Vengo del tercer mundo pobre. Creo que lo que allí ocurre y cómo se vive debería abrir los ojos a las llamadas democracias occidentales, que no los tienen abiertos. La bondad nos puede ayudar a superar muchas cosas'.

Sobrino explicó que 'la globalización no se está produciendo, es americanización'. 'No me parecen buenos', dijo, 'los movimientos sin autocrítica'. Además, se refirió al 11 de septiembre y afirmó que 'fue un mal terrible, no absoluto, se innovó en la forma, pero no en el resultado'. '¿Por qué sabemos qué pasó el 11 de septiembre y no el 7 de octubre en Afganistán? El que gana la batalla de las definiciones vence. Antes del 11 de septiembre ocurrió Dresden, Irak, Panamá, Gaza... Que lo absoluto no nos ciegue, tampoco en la religión', afirmó Jon Sobrino.