España acude con menos atletas que las Islas Vírgenes

Un total de 77 países participarán en los Juegos, con 2.531 deportistas en liza. Sólo los grandes de la nieve superan el centenar de representantes. Estados Unidos, que arrasa con 211; Rusia, con 162; Alemania, con 158; Canadá, con 157; Suiza, con 121; Italia, con 118; Francia, con 116; Japón, con 109; Suecia, con 106, y Finlandia, con 102. Austria, con 97, los roza y sorprende que Noruega haya sido tan selectiva, con apenas 81, por detrás incluso de la República Checa.

Pero ninguna de esas selecciones es comparable con la de España, que, con el fin de evitar críticas por el desastre casi generalizado de los resultados obtenidos en los deportes invernales desde hace años, sólo ha traído a siete participantes. En ese sentido, es el país número 43, junto a Yugoslavia, por detrás, por ejemplo, de Brasil y de las Islas Vírgenes, que, con sus bobs y sus luges (trineos), suman ocho representantes.

Las tres esquiadoras del alpino, María José Rienda, Ana Galindo y Carolina Ruiz, llegaron ayer. No competirán hasta la segunda semana y, realmente, su día clave será el 22. Pero sólo será decisivo para Rienda, una de las tres posibilidades de alcanzar una medalla, de subirse al podio, que tiene España, lo que supone un buen porcentaje, casi el 43%, para tan exigua presencia.

Pero la apuesta de Rienda parece muy arriesgada, a una sola carta: la del eslalon gigante, que lamentablemente se disputará en dos partidas. Si su prueba tuviera una sola manga, ya habría subido a algún podio de la Copa del Mundo. Pero siempre ha fallado en una de las dos. Además, en las últimas etapas del circuito no ha estado tan centrada como parecía estarlo a principios de la temporada.

Aun así, el cursom de Rienda ha estado enfocado a la cita olímpica y todo sobraría si le sale bien. Porque Ana Galindo ya no es la misma de antes, después de tantas operaciones de rodilla como ha sufrido, y de Carolina Ruiz siempre se espera la misma explosión de hace unos años, la mismo que no ha conseguido repetir.

Por ello, y porque los resultados no engañan, quizá la única opción segura de éxito para el equipo español está en las piernas y los brazos de Johann Mueh-legg, el alemán nacionalizado español en 1999 y que ya le ha dado a España una Copa del Mundo en 2000 y una medalla de oro y otra de plata en los Mundiales de 2001.

De las cuatro pruebas en las que Muehlegg piensa participar, en la primera, la de los 30 kilómetros estilo libre de mañana, es en la que más posibilidades tiene de conseguir algún metal, el oro incluido. Pero tiene una o dos alternativas más a lo largo de los Juegos.

Como meros acompañantes para intentar no quedar demasiado atrás estarán Juan Jesús Gutiérrez, al que una hernia rompió y retrasó su preparación, y Haritz Zunzunegui.

El séptimo español, y el único que junto a Muehlegg parece en condiciones de explotar, en su caso en el snowboard de Park City, el día 10, es Iker Fernández. Este especialista en halfpipe, es decir, el recorrido que se hace con distintas piruetas a lo largo de esa curvatura que imita a un tonel cortado por la mitad, ha ganado esta temporada una prueba de la Copa del Mundo y ha quedado el segundo en otra. Y eso significa, sencillamente, que está entre los mejores. Pero también rondaba la élite antes de los pasados Juegos de Nagano 98 y allí falló. Tomó ejemplo de lo ocurrido entonces y ahora ha tratado de evitar la presión y de limitar las exigencias.