'Miss peaje'
Felipe González es un especulador porque se compra un piso en Cádiz. Yo que, Felipe, por mucho que se ame a la ciudad de Alberti y tantos otros escritores, me iba a Tanger, con su gran amigo Tahar Ben Jelloum y recrear La noche del pecado. Pero para pecado de juventud el que iba a cometer Javier Arenas. Cuando era Javierín, quiso apuntarse al poder, al PSOE, con Felipe de mandamás. Guillermo Gutiérrez, dixit.
Desmentido está, de momento. Como desmentido está que Teófila Martínez no adore la medicina pública porque se entablilló la pierna en una clínica privada -nadie se acuerda de la que le formó a Manuel Chaves por hacer lo mismo-. Teófila Martínez ama a Cádiz y el peaje de la autopista es como el cuento de 'irás y no volverás'; o sea, mentira sobre mentira. Teófila ama a Paco Cascos. Teófila, miss peaje, ama a la Junta y quiere que le hagan un traje a su medida. El malagueño Joaquín Ramírez es un buen sastre. Teófila Martínez, a las órdenes de Arenas. Hay que copar poder, le dijo Arenas. El que sea, aunque haya que pactar con el demonio. Y van cayendo ayuntamientos en las redes del PP andaluz a un ritmo que no quedará tránsfuga que llevarse a la boca. Ilusos socialistas. Pactan por derecho y se la meten por donde sea. Se salvó Ronda de la quema, pero no cantemos victoria antes de tiempo. Arenas quiere Málaga. Marbella, de momento, no entra en sus cálculos; hay tiempo para pactar con lo que queda del GIL. A propósito, estamos prontos a conocer los sobresueldos que Jesús Gil y algunos de sus pretorianos, incluido su hijo, cobraron de forma dudosa. Pero más interesantes será conocer con nombres y apellidos su gobierno en la sombra, integrado por cien variopintos personajes, algunos serviles servidores del sátrapa Gil.
Y para cerrar la semana, el coñazo de Fitur. Si políticos se hubieran quedado trabajando en casa todo hubiera ido mejor. El consejero Hurtado cayó en la trama de los intereses. Unos con razón y solidez en sus argumentos, como los expuestos por profesionales del segmento sol y playa, y para ellos se abre el diálogo y la capacidad de planear el futuro. Y otros intereses, espúreos, millonarios. Hurtado, político prudente, no tirará de la manta. Huele muy mal. De dimitir, nada de nada. Diálogo, pacto. Y a tirar adelante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.