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Crónica:La jornada de Liga | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El desacierto de 'Bichi' Fuertes da vida al Zaragoza

Diego Torres

El Zaragoza entregó el cuello a la guillotina y si no sucumbió fue porque su verdugo se llamaba Bichi Fuertes. Si Fuertes hubiera convertido una de las cinco oportunidades claras que tuvo, el partido se habría resuelto en favor del equipo que hizo mejor juego. Pero a los pies del delantero isleño, el balón pareció un cuero desinflado. Fuertes no pudo aprovechar el dinamismo y los pases de Marioni. El Tenerife presionó mejor y manejó la pelota con cierto sentido, pero se descabezó por su delantero centro. Perplejo y desesperado a un tiempo, el Zaragoza estuvo a punto de ganar el encuentro tras el descanso.

Ninguno de los dos equipos dominó el centro del campo, reducido a una franja de 30 metros donde los pases se perdían en zona de nadie. Sólo José Ignacio sacó la cabeza del pantano para medir las flaquezas del rival y poner un poco de orden en sus propias filas. De hecho, José Ignacio fue lo más solvente que ofreció el Zaragoza en la primera mitad.

ZARAGOZA 1| TENERIFE 1

Zaragoza: Láinez; Cuartero, Aguado (Sundgren, m.12), Kolmjenovic, Pablo; Juanele, Aragón, José Ignacio, Vellisca (Galletti, m.55), Jamelli (Drulic, m.56); y Milosevic. Tenerife: Aragoneses; Venta, Lussenhoff, Alexis, Basavilbaso; Bassedas (Hidalgo, m.83), Martí, Bino, Iván Ania; Marioni (Simutenkov, m.91) y Fuertes (Caña, m.70). Goles: 0-1, M.40. Marioni alcanza la línea de fondo y centra con la zurda para que Iván Ania, bajo el larguero, cabecee a la red. 1-1, M.69. Galletti aprovecha un rechace de Bino y golea a un toque. Árbitro: López Nieto.

Si cada equipo se sostiene por una columna, la del Zaragoza se fracturó. La zaga estuvo mal colocada desde el principio, en el medio sólo sobrevivieron José Ignacio y Vellisca, y adelante, muy flojo, deambuló Milosevic.

Milosevic tuvo dos problemas.Su larga inactividad en el Parma le ha hecho perder fuerza explosiva, y con eso, un arma fundamental de todo nueve. El segundo problema que padeció fue Lussenhoff, que por poco lo persigue hasta Belgrado. El marcador pelirrojo del Tenerife le ganó por alto, se le anticipó siempre, o lo encimó hasta en el círculo central. El resultado fue la reacción piadosa de la grada, que aplaudió al serbio para que no se desmoralizara.

La lesión de Aguado -que debió retirarse y se sumó en la enfermería al otro central titular, Paco- no hizo más que descubrir las flaquezas de los centrales Komljenovic y Sundgren. Sin sus líderes la defensa maña perdió la orientación. Ahí no hubo nadie que demostrara carácter territorial para frenar las incursiones avisadas de Fuertes y Marioni en el área de Lainez.

Ante lo que se anunciaba como un desastre, Luis Costa, el técnico maño, hizo cambios. El más acertado fue dar entrada a Galletti, un futbolista tan completo que resulta extraño verle calentar el banquillo en un equipo como el Zaragoza. En un golpe de astucia y velocidad, Galletti empató el partido.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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