Andrés Rábago y su otro yo, El Roto, exhiben sus obras en Barcelona

Como El Roto, Andrés Rábago (Madrid, 1947) afirma que, a diferencia de lo que pueda creerse, en España no ha habido muy buena sátira 'si exceptuamos a Goya, Solana y Castelao'. 'Siempre ha habido dibujantes hábiles, pero no creadores de imagen que crearan escuela. Nunca hemos tenido ni un Daumier, ni un Grosz', dice.

El Roto tiene una peculiar forma ácida de expresar la realidad que muestra que la perplejidad ante el horror es todavía posible. El poder es una de sus dianas preferidas, no en vano el seudónimo El Roto es un nombre tomado de la acepción suramericana que significa pobre o indigente. Su análisis de la realidad puede verse cada día en las páginas de El PAÍS. La exposición que presenta en Círculo de Lectores reúne la serie de dibujos contenidos en el libro El pabellón de azogue, una recopilación de trabajos publicados en el suplemento 'El Dominical' de El Periódico con prólogo de Felipe Hernández Cava, también comisario de la exposición, que podrá visitarse hasta el 11 de marzo.

Dos días antes, el 9 de marzo, se clausurará la La fábrica de luz, que hoy se inaugura en Trama. La exhibición, la primera presentación en Barcelona de la obra pictórica de Rábago, la componen 15 piezas de mediano y gran formato realizadas en óleo sobre madera y sobre tela. Sus pinturas conservan la misma misteriosa inquietud de sus ilustraciones, aunque parecen poseer una pátina de engañosa ingenuidad.