Jardín mediterráneo
Veinticinco años en la plaça del Rei. Un cuarto de siglo de recitales en los veranos del barrio gótico de Barcelona trasladados por una noche de invierno a un auditorio de Madrid. Hacía demasiado tiempo que no se veía a Maria del Mar Bonet en condiciones tan lujosas. Su recién estrenada relación con una nueva discográfica, en la que acaba de publicar el disco en directo Raixa, debería darle un impulso a una de las trayectorias musicales más serias y coherentes de la Península (y las islas).
Cantó el disco de cabo a rabo. Todas las canciones -18- y en el mismo orden. Desde Madona de sa cabana, tema popular de Mallorca, a capella, hasta La jota marinera final que ella canta casi desde que era una adolescente.
Maria del Mar Bonet
Maria del Mar Bonet (voz), Javier Mas (guitarra doce cuerdas), Feliú Gasull (guitarra) y Dimitri Psonis (bouzouki y percusión) con Joan Valent & Ars Ensemble. Festival del Milenio. Palacio de Congresos. Madrid, 17 de enero.
Faltaba la magia de las piedras de la plaza barcelonesa y las campanas de la catedral, compensada únicamente por el brillo de la música en vivo.
La mallorquina tradujo alguno de los poemas al castellano. Y es que en sus canciones trae la lírica de sus Baleares, la de Rosselló-Pòrcel o Alcover. Con ella estuvieron Joan Valent y los 10 miembros del Ars Ensemble. Su sonido se inspira por igual en las orquestas egipcias que en la música clásica europea, y las orquestaciones de Valent le dan otra dimensión a las canciones.
Sin sobresaltos
No faltaron esas tonadas de campo en las que la voz de Maria del Mar Bonet resulta incomparable. Un paseo sin sobresaltos por un jardín del Mediterráneo. Caléndula, cardo, zumillo, amapola, retama, hinojo... del Camí florit, cuando nos recordó que Plá decía que también las huertas son jardines.
Hay países donde un artista que lleva más de treinta años de trabajo y ha producido, entre otras cosas, canciones como Què volen aquesta gent? o Mercè y discos como el de la portada de Miró (1974), Alenar (1977) o Anells d'Aigua (1985), se habría ganado para siempre el respeto de sus agradecidos conciudadanos.
Por aquí es tarea de titanes continuar existiendo.
Babelia
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