'En este país, la gente critica mucho el intrusismo'

Jorge Fernández (Mondragón, 1972) empieza a dejar atrás el título de Mister España que obtuvo en 1999 y desde hace un año se ha adentrado en el mundo de la televisión con éxito. Actualmente, presenta Date el bote, una de las apuestas principales de ETB-2 (14.20) de esta temporada.

Pregunta. Dicen que prepara el programa conciendudamente.

Respuesta. Todos los días voy a la redacción, leo las preguntas con detenimiento, si tengo alguna duda pregunto. Voy a casa y las releo. Además, voy a cursos de dicción, de interpretación. Pero, lo que te da mucha seguridad es trabajar todos los días al pie del cañón, con un programa que va bien. Cada vez me siento más cómodo.

P. Todas las cadenas tienen concursos de todo tipo. ¿Hay algo especial en Dale el bote?

R. Los mismos concursantes juegan durante toda la semana, lo que provoca cierto piques y pactos para aliarse o para ir contra alguien. Los concursantes deciden a quien se elimina y a quien no. Hay reacciones espontáneas que dan mucho juego. Los eliminados van a una sala en la que se graba todo lo que hacen y, claro, se ven y se oyen muchas cosas.

P. Como otros guapos oficiales, ¿siempre quiso ser actor?

R. La primera vez que presenté una gala estaba tan nervioso y lo hice tan mal que pensé que lo que nunca sería en mi vida es presentador. Pero ahora es lo que soy.

P. ¿Basta ser guapo y alto para actuar?

R. Yo me estoy preparando para hacerlo bien. He actuado en televisión pero cuando me han llamado para hacer teatro no he aceptado. Entiendo que a la gente que lleva cinco años estudiando interpretación y no le cojan para ninguna película le fastidie, entre comillas. Pero, yo no llamo a ningún director. La belleza te abre las puertas, luego tu tienes que empujarlas. Además, nos miran siempre con lupa. Yo estoy demostrando que sé presentar y que puedo actuar. En este país, la gente critica mucho el intrusismo. Si eres modelo no puedes actuar. A mí no me gusta mucho la rutina y me encanta un día hacer un desfile, otro día actuar y otro presentar. No tiene que molestar a nadie. En otros países, eso se valora.