La FIFA pone orden

El calendario mundial unificado del fútbol, planteado como la solución para solventar los problemas de coincidencias de fechas y la cesión de jugadores internacionales a sus selecciones, entró ayer en vigor con el nuevo año. Este calendario de la FIFA, conocido por el nombre de su inspirador y cabeza pensante, el ex internacional francés Michel Platini, fija un reparto de fechas obligatorio para partidos internacionales oficiales y amistosos. Tras debatirse durante un par de años, fue aprobado en junio de 2000 y ratificado en julio pasado en el último congreso extraordinario de la FIFA, celebrado en Buenos Aires. A partir de ahora, el calendario Platini regirá todas las competiciones que organiza la FIFA o las que competen a las confederaciones continentales afiliadas al máximo organismo mundial del fútbol.

El nuevo reparto de fechas prevé ocho partidos internacionales oficiales por año. La FIFA, además, permite a cada federación disputar en ese periodo de tiempo cuatro amistosos más. Esas fechas, tanto las oficiales como las de encuentros amistosos, serán obligatorias para todas las selecciones. Los clubes, así como sus respectivas Ligas nacionales, de esa forma sabrán de antemano que en esas fechas no podrán contar con la presencia de los jugadores seleccionados.

Los años en que se dispute un Mundial, como el presente, serán excepcionales. Los compromisos entre selecciones se tendrán que jugar en unas fechas señaladas ya por la FIFA. En el año 2002, antes del Mundial de Corea y Japón, que se disputará el mes de junio, sólo se contemplan tres partidos amistosos como preparación del campeonato: 5 ó 6, ó 12 ó 13 de febrero -España jugará este último día con Portugal-; 26 ó 27 de marzo -la selección se desplazará a Hungría- y 16 ó 17 de abril -el equipo de Camacho viajará a Irlanda del Norte. Tras el Mundial, la FIFA ha fijado tres partidos oficiales -en Europa corresponderán a la fase de clasificación de la Eurocopa de Portugal 2004- y dos amistosos. En el año siguiente, sin torneos con fases finales, la FIFA contempla nueve encuentros oficiales y tres amistosos. En 2004 se disputa en junio la Eurocopa de Portugal y, al igual que sucede con los años que coinciden con Mundiales, antes del torneo sólo se celebrarán amistosos -tres- y después otros tantos oficiales y dos más amistosos. Los meses de enero y febrero se reservarán para torneos internacionales, como las Copas de África y de Oro de la CONCACAF y los de junio y julio para la Eurocopa y la Copa de América.

La demanda de un calendario armonizado ha sido constante sobre todo por parte de los clubes. 'Ayudará a que haya menos confusión y se perjudique lo menos posible a los equipos', aseguró Javier Irureta, entrenador del Deportivo. Con este calendario los clubes no perderán a sus internacionales cuando jueguen con sus selecciones porque no coincidirán con partidos de Liga. No se repetirá, por ejemplo, la situación protagonizada este año por el brasileño del Barça Rivaldo, que sólo disputó un encuentro de los nueve primeros de Liga. Tampoco el caos del pasado noviembre, cuando la FIFA permitió que los suramericanos de las Ligas europeas demorasen un día su incorporación a sus selecciones para jugar con sus equipos, pero, al tomarse la decisión a última hora, los uruguayos que militan en España no pudieron beneficiarse de la medida, porque ya habían viajado.

Otra novedad será que el campeón del Mundial tendrá que pasar por el trámite de la fase de clasificación. El propósito principal de la medida es evitar que se repita la rocambolesca gira de amistosos con la que Francia, el último campeón, ha desesperado a los clubes europeos durante este último año. Sobre todo con su interminable viaje a Australia.

Un hecho que no se volverá a repetir. Tampoco la maratoniana fase de clasificación para el Mundial de la Confederación Suramericana. De los 18 partidos que se disputaban hasta ahora se pasará, casi con toda seguridad, a 16 encuentros en dos años. Algunas selecciones modestas no han acogido bien la medida, pero a la FIFA no le quedaba más remedio que poner orden de una vez por todas.