El tráfico rodado vuelve a las calles de Lleida, pero miles de alumnos no pueden asistir a clase

El lento retorno a la normalidad encuentra dificultades tanto en las comarcas de Tarragona como en las de Lleida, donde, a causa de la bajas temperaturas, persisten las condiciones de la ola de frío y son muchas las dificultades de comunicación.

La ciudad de Lleida y las comarcas de la plana vuelven lentamente a la normalidad en medio de un clima de gran indignación contra las instituciones por el mal funcionamiento de los dispositivos previstos en situaciones de emergencia. Lleida, la población que más ha sufrido las consecuencias de la incomunicación, recuperó ayer la capacidad de movilidad tanto de vehículos como de personas. El servicio municipal de autobuses urbanos funciona a pleno rendimiento y los vehículos particulares pueden circular por el 90% del casco urbano. Unas 800 personas y 10 camiones de las brigadas municipales trabajan sin descanso con picos y palas para retirar las gruesas placas de hielo que cubren las calles y los paseos.

La circulación por algunas vías secundarias de las comarcas del Segrià, Les Garrigues, l'Urgell, el Pla d'Urgell, el Solsonès y la Noguera es todavía peligrosa debido a la niebla y a las bajas temperaturas. También se circula con problemas por una veintena de tramos de carretera que dependen de la Generalitat.

Un total de 2.800 alumnos de 31 centros de la provincia tampoco pudieron asistir ayer a clase por falta de transporte escolar. La delegación de Enseñanza en Lleida confía en poder restablecer hoy el servicio en la mayoría de las poblaciones afectadas.

Los transportistas y los ganaderos han sido dos de los sectores más afectados por el temporal de nieve. El mal estado de las carreteras ha impedido el transporte de animales y de piensos. Fuentes del sector han expresado su preocupación por los problemas que siguen existiendo para llevar animales a los mataderos, que han visto reducida su actividad en casi un 40%.

Las bajas temperaturas registradas en las comarcas de Tarragona pero fundamentalmente en el Priorat han motivado que la situación de casi incomunicación continúe en la zona, donde el transporte escolar mantuvo ayer su suspensión. Las carreteras heladas en la zona de El Perelló (Baix Ebre) provocaron la salida de la calzada de varios vehículos en la N-340, por lo que se optó por recomendar el uso alternativo de la A-7, que se convirtió en gratuita entre L'Ampolla y L'Ametlla de Mar. Numerosas carreteras comarcales todavía requerían cadenas en la Conca de Barberà, el Baix Camp, la Terra Alta, el Priorat o la Ribera d'Ebre, mientras los bomberos continuaban trabajando en apartar árboles de las calzadas o limpiar las carreteras de hielo y nieve.

Mientras en la Terra Alta los centros escolares recuperaban ayer la normalidad, en Mora d'Ebre (Ribera d'Ebre) o Falset (Priorat), éstos continuaban cerrados, así como los de algunas comarcas de la Conca y del Alt Camp.