Los abuelos también creen en los Reyes Magos
La ONG Mensajeros de la Paz organiza una campaña con el fin de recoger regalos para los ancianos que viven solos
'Queridos Reyes Magos: Este año estoy más solo que nunca. Los hijos viven en la ciudad, con el porvenir resuelto, y María, mi mujer, se me fue en marzo, antes de que llegara la última primavera, que aquí siempre tarda en aparecer. Este año yo quiero una bufanda nueva de lana, bien calentita, una bufanda que ella no me podrá tejer'. Esta carta, escrita por Federico M., de 85 años, fue una de las 20.000 que la ONG Mensajeros de la Paz recibió el año pasado y con las que hizo posible que se cumpliesen los sueños de muchos mayores que están solos: recibir un regalo estas navidades.
Otro anciano solicitó a Melchor, Gaspar y Baltasar que le llevasen a ver el mar para conocerlo; un tercero pedía un marco 'para poner la foto' de su novia; una mujer, una chaqueta de punto que no fuese negra, y otra más enfatizaba: 'Unas bragas de colores, pero, por favor, que no me aprieten'. La mayoría pidió, sobre todo, que sus familiares les fuesen a visitar de vez en cuando.
Este año, la ONG Mensajeros de la Paz, que preside el padre Ángel, quiere continuar con la idea que puso en marcha el año pasado y ha convocado de nuevo la campaña Los mayores también creen en los Reyes Magos. Todo el que quiera donar un regalo para los ancianos puede dejarlo en cualquier sucursal de la empresa de mensajería MRW (teléfono 902 300 400; www.mrw.es). Además, los presentes se pueden entregar, hasta el próximo 3 de enero, en la sede que Mensajeros de la Paz tiene en la capital (plaza del General Vara de Rey, 9).
La asociación repartirá los regalos entre los ancianos e intentará que respondan a sus peticiones o que, por lo menos, se acerquen todo lo posible. Los destinatarios serán personas mayores, preferentemente solas y enfermas, que viven en residencias, centros geriátricos y hospitales en toda España, o aquellas que hagan llegar su carta a Mensajeros de la Paz con petición a sus Majestades de Oriente. Hay muchos ancianos que, por ejemplo, nunca celebraron la fiesta de los Reyes Magos cuando eran niños y lo que quieren son aquellos juguetes a los que en su época no pudieron acceder. Genara Fernández, por ejemplo, pidió el año pasado una cosa que siempre quiso tener de pequeña: una muñeca pepona.
'Los mayores están solos porque se les han ido los suyos. Se me ponen los pelos de punta cuando leo una carta de una anciana que lo único que quiere es que su hijo la saque a comer. Muchos no piden cosas materiales, piden calor; parece muy poco lo que reclaman', explicó ayer el padre Ángel, que presentó la campaña en la sede del Centro Asturiano.
Para apoyar el proyecto del padre Ángel acudieron, entre otros, Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa del Rey; las actrices Lina Morgan y Concha Cuetos, y la mujer del presidente del Gobierno, Ana Botella, que llegó cuando el acto ya había terminado 'por culpa del tráfico'. 'No es mucho lo que pedimos, sobre todo pensando en todo lo que los abuelos nos han dado a nosotros a lo largo de su vida', afirmó Lina Morgan, que es la madrina de honor de la campaña.
'He visitado muchas residencias y no se puede consentir que los mayores tengan penas y que lo pasen mal', agregó la actriz. Algo en lo que coincidió el padre Ángel: 'Detrás de las cartas que escriben los ancianos a los Reyes Magos hay mucha falta de cariño y muchos sueños rotos. La soledad es la peor enfermedad que se puede tener, porque piensas que no te quiere nadie y te sientes destrozado'.
Además de la campaña de regalos, el padre Ángel sigue imaginando cosas para fomentar la solidaridad entre los madrileños. El último ingenio ideado por este sacerdote consiste en un cajero automático que sirve para donar dinero, además de para sacar. A través de una ranura como la que expulsa los billetes en los cajeros normales, el que quiera puede introducir su donación. El invento será instalado estas navidades en la sede de Mensajeros de la Paz. 'Y además voy a pedirle al deán de la catedral de la Almudena y a los responsables de todas las iglesias de Madrid que dejen sus puertas abiertas, porque la gente no tiene dónde refugiarse del frío. Con las bocas de metro no basta para atender a toda la demanda de gente sin hogar que puede morir en la calle por culpa de las heladas', añade el padre Ángel.
Asimismo, este sacerdote piensa seguir adelante con la instalación de dos cunas en la iglesia de María Reparadora (calle de Fomento, 13) para que las mujeres que quieran dar a sus hijos en adopción puedan hacerlo. Las cunas fueron instaladas hace diez días y ya se han interesado por ellas algunas mujeres. Ante la idea del padre Ángel, la Consejería de Servicios Sociales contestó que las cunas en la iglesia eran 'innecesarias', porque ellos ya tienen fórmulas adecuadas para afrontar el tema de los bebés abandonados. 'Me alegro mucho de que la Comunidad tenga medios para atender a los niños que son dejados en adopción. Pero, si esto fuese así, entonces las ONG no haríamos falta', explicó el padre Ángel.
Y concluyó seguro el sacerdote: 'Yo pienso seguir adelante con mi idea, porque creo que es muy necesaria y, a lo mejor, instalo una cuna en cada residencia de ancianos'.
Las 'misiones' del padre Ángel
El padre Ángel lleva más de 38 años dedicado a ayudar a los demás y es fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, que recibió en 1994 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Actualmente, la asociación tiene cerca de 80 residencias para ancianos en toda España, de las que seis están en la Comunidad de Madrid, cinco en la capital y otra en la localidad de Navalcarnero. 'Intentamos evitar que nuestras residencias estén masificadas, porque eso genera despersonalización en el trato a los ancianos. A cambio, ofrecemos un clima familiar y que los mayores participen en la vida de la ciudad en la que viven', explican desde la asociación. Mensajeros de la Paz tiene también centros ocupacionales para drogodependientes, atención a familiares de enfermos parapléjicos y proyectos de medio ambiente y de salud dental para personas mayores. Además, trabajan con proyectos en distintos países como Kenia, México, Tanzania o El Salvador. Ahora, con la llegada del euro, a la asociación se le plantea un nuevo reto: cómo enseñar a los ancianos a manejarse con la nueva moneda y que, poco a poco, se vayan olvidando de las pesetas.
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