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Beneroso hace mutis por el foro en la despedida

Alejandro Bolaños

En la asamblea de El Monte hubo una ausencia sonora. Isidoro Beneroso debía presidir el acto que decidía a su sustituto, tras 13 años de mandato y dos años de enfrentamiento radical con PSOE y Junta, en los que ha provocado una vorágine de tensiones a su alrededor. Quizá por eso, quizá por lo amargo del momento, Beneroso se alejó esta vez del foco de atención, delegó la presidencia y, con un significativo mutis por el foro, se evitó el último trago.

En los dos últimos años, el ex presidente de El Monte, se ha ido envalentonando conforme su desafío a los socialistas y al Gobierno andaluz crecía. Hace sólo seis meses y un día, presentaba junto a Juan Manuel López Benjumea, presidente de San Fernando, Alcaja, el proyecto de fusión de las dos entidades sevillanas que venía a culminar un proyecto eminentemente personalista. 'Manuel Chaves es el principal artífice de esta unión', dijo entonces Beneroso, sin descomponer el gesto. Apenas cuatro días antes, había acusado veladamente al presidente de la Junta, en una carta abierta, de haber permitido la 'filtración' de un acta del Banco de España que dejaba en mal lugar su gestión.

A Beneroso se le atribuye el impulso de una operación que ha convulsionado al sistema financiero andaluz. Los primos, como se autodenominan Beneroso y López Benjumea, desafiaron la Ley de Cajas, al retrasar durante meses su aplicación. Y engañaron al PSOE, el partido que les había puesto en el cargo, al asegurarles en febrero que no harían la fusión sin reactivar el proceso electoral. Tres meses después, parapetados en informes jurídicos a medida, se saltaron el trato y alumbraron Alcaja.

Apoyos fieles

Desde la carta a Chaves, el PSOE se olvidó de intentar el pacto y empezó a desmontar los apoyos que habían recabado los presidentes. Beneroso convirtió la caja en su fortín; respaldado por su hegemonía financiera y la importancia de su obra socio-cultural en Huelva y Sevilla, se aseguró la fidelidad de empresarios, sindicatos, impositores y partidos (PP y PA). Tejió una campaña mediática, con boicot económico e informativo incluido a algunos medios.

De su mano, El Monte escaló en las clasificaciones financieras. Pero también creó una maraña de empresas participadas, con un inopinado sesgo hacia el sector inmobiliario que le valió la censura del Banco de España. El Monte ha estado en las operaciones urbanísticas más opacas de Sevilla, a las que dio cobertura administrativa el PA de Alejandro Rojas-Marcos.

Los votos socialistas hicieron naufragar Alcaja en junio. Benjumea anunció su retirada. Pero Beneroso, no. Siguió en el frente hasta el último segundo, persuadido de que podía darle una vez más la vuelta a la tortilla y figurar como el primer presidente de la caja de Sevilla.

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