_
_
_
_
Reportaje:ANÁLISIS

La recta final del petróleo

El siglo XXI verá la desaparición del petróleo como principal fuente de energía. Queda por saber cuándo. El 2001 era uno de esos periodos de interrogación, agudizado todavía más desde el 11 de septiembre. Pero los oráculos no se ponen de acuerdo.

'Los recursos son abundantes: cuando el Club de Roma hizo su llamamiento, teníamos por delante 30 años de reservas; hoy tenemos 40 e incluso cerca de 100 si tenemos en cuenta las reservas probables', afirmó Thierry Desmarest, presidente de TotalFinaElf, el 11 de octubre en el Parlamento francés. 'Es muy improbable que haya escasez de reservas antes de 2025', opinan por su parte los expertos de Shell en su Scénarios pour 2025, publicado el 26 de noviembre. El plazo tal vez pueda 'ampliarse hasta 2040', siempre que 'se adopten medidas para mejorar las prestaciones de los vehículos y que se concentre la demanda de petróleo en ese sector'. Según Revue de l'énergie, la contribución del petróleo entre las principales fuentes de energía seguirá siendo del 40% hasta 2020 y caerá hasta el 20% en 2050.

Ya se han explotado al máximo las reservas más fáciles y las menos caras de extraer. De aquí a diez años empezará una era más aleatoria y costosa
Los expertos deben resolver una ecuación con múltiples incógnitas: económicas, ecológicas, geológicas, tecnológicas, demográficas y geopolíticas
Más información
La petrolera TotalFinaElf reconoce que quiere aumentar su participación en Cepsa

'Las reservas confirmadas son más que suficientes para satisfacer el aumento de la demanda previsto de aquí a 2020 y mucho después incluso', afirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su muy esperado informe trienal World Energy Outlook, publicado a comienzos de octubre. 'Pero serán necesarias inversiones masivas para explotar esas reservas', advierte. Un incremento de la capacidad de producción en un millón de barriles al día cuesta alrededor de 5.000 millones de dólares en Oriente Próximo y hasta cinco veces más en los países que no son miembros de la OPEP. En total, debería invertirse no menos de un billón de dólares a lo largo de los diez próximos años.

Otros expertos son más pesimistas. Colin Campbell, miembro del Centro de Análisis de la Disminución del Petróleo, anunciaba en 1997 en su libro The Coming Oil Crisis el carácter inminente del declive del petróleo. Extrapolando a escala planetaria las teorías de King Hubbert -un geólogo de Shell que pasó a la posteridad por predecir en 1956, mediante cálculos, el declive de la producción petrolífera estadounidense a comienzos de los años setenta-, Campbell considera que el 'punto de inflexión Hubbert' en la producción mundial, es decir, el inicio del declive, podría producirse a partir de... 2005.

El estudio World Petroleum Trends 2001, del Instituto IHS Energy Group, citado en la revista del Centro Árabe de Estudios Petrolíferos, considera que el mundo ha dejado de renovar sus reservas: 'Durante la última década, la producción anual de petróleo pasó de 68,5 millones de barriles al día a 73,6 millones, mientras que las reservas restantes se redujeron entre finales de 1991 y finales de 2000 en cerca del 9%, hasta los 1,1 billones de barriles'.

Previsiones a largo plazo

¿A quién creer? 'Desde hace 50 años nos hacemos esta pregunta y hemos sido incapaces de definir una metodología fiable para prever el comienzo del declive, el célebre punto de inflexión', reconoce Pierre-René Bauquis, vicepresidente del Instituto Francés de la Energía, al que el presidente de TotalFinaElf ha encargado realizar las previsiones a largo plazo. Recuerda que, en todas las épocas, los economistas se han mostrado demasiado optimistas sobre los mecanismos de autorregulación de los mercados, y los geólogos, demasiado pesimistas sobre las posibilidades de explotar los yacimientos de más difícil acceso.

Es cierto que los expertos deben resolver una ecuación con múltiples incógnitas: económicas, ecológicas, geológicas, tecnológicas, demográficas y geopolíticas... La urbanización galopante -'en 2050, el 80% de la gente vivirá en las ciudades', recuerda Shell- o el despegue económico de los dos países más poblados del planeta, China e India, son otras tantas causas de insomnio para quienes se dedican a las previsiones. Sobre todo porque, en los últimos años, un parámetro que el profesor Hubbert no previó en los años cincuenta ha adquirido una gran importancia: el medio ambiente, que ya es una cuestión universal, en especial desde el fracaso de la cumbre de Kioto sobre las emisiones de carbono.

Todo el mundo coincide al menos en un punto: la industria petrolífera ha explotado al máximo las reservas más fáciles y las menos caras de extraer. De aquí a unos diez años empezará una era más aleatoria y más costosa, de exploración de lo que los especialistas llaman las 'últimas reservas'.

Cambios profundos

El sector petrolífero acababa de vivir una época de profundos cambios. El final del comunismo ha precipitado la apertura a los agentes privados occidentales de amplios territorios de explotación hasta entonces bajo el control de Estados ni democráticos ni liberales en el ex bloque soviético. Al mismo tiempo, la tecnología ha logrado avances tales que ya se puede conseguir la explotación de recursos cuyo coste de acceso se consideraba hace pocos años prohibitivo: perforaciones en aguas profundas, hidrocarburos pesados en las arenas del Orinoco (Venezuela) o de Athabasca (Canadá)...

'Desde hace diez años, las grandes empresas han renovado de media el 100% del petróleo y gas que han producido', calcula la AIE.

'Pero cuidado', advierte Pierre-René Bauquis, 'la combinación de estos dos fenómenos no volverá a producirse. Hoy tenemos acceso al 90% de las cuencas sedimentarias'. Por tanto, sólo cabe esperar que se produzcan descubrimientos importantes que permitan aplazar la fecha de forma significativa. El profesor Campbell calcula las reservas totales en 1,8 billones de barriles, de los cuales ya han sido descubiertos el equivalente a 1,6 billones.

Pero la demanda global de energía explotará literalmente: está previsto que se doble en 50 años. Y 'los expertos no sólo no prevén un descenso significativo de la contribución relativa de los hidrocarburos, sino que, por el contrario, hay que esperar un aumento muy fuerte del consumo mundial', observa Claude Mandil, presidente del Instituto Francés del Petróleo.

Esta vez, la civilización del petróleo ha entrado realmente en la última recta.

© Le Monde

Todavía tres billones de barriles

A ESCALA MUNDIAL, las últimas reservas recuperables de petróleo (y de gas natural líquido) superan los tres billones de barriles, de los cuales 732.000 millones todavía no han sido descubiertos, pero son probables, según la USGS, el organismo geológico estadounidense de referencia, citado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Las últimas reservas de gas oscilan, dependiendo de las previsiones, entre 386 billones de metros cúbicos (cálculo del USGS) y entre 450 y 530 billones de metros cúbicos (datos de Cedigaz). Esta última cantidad representaría hasta 200 años de consumo al ritmo actual. Las reservas no descubiertas todavía, pero probables, serían de 147 billones de metros cúbicos. Las reservas de petróleo de Estados Unidos se calculan en 115.000 millones de barriles, lo que significa que, al ritmo actual de producción de la industria petrolífera del país, estarán agotadas hacia 2010. Arabia Saudí, principal país productor de petróleo (aparte de Estados Unidos), es también el que posee mayores reservas: 357.000 millones de barriles en total (yacimientos confirmados y por descubrir), lo que equivale a 76 años de producción a un ritmo similar al actual. Rusia es el segundo país en reservas de hidrocarburos con 252.000 millones de barriles totales (de los cuales 115.000 millones son barriles de recursos sin descubrir), lo que representa 58 años de producción.

España se mueve gracias al crudo

ESPAÑA, COMO CASI TODOS LOS PAÍSES industrializados, es muy dependiente de las importaciones petroleras. El 98% del transporte en los países desarrollados utiliza derivados del crudo. La producción de petróleo es insignificante en el territorio español. Sólo se extraen 6.000 barriles diarios mientras que Qatar, el miembro de la OPEP que menos produce, puede llegar a extraer más de un millón de barriles al día. Las petroleras que tienen refinerías en España (Repsol YPF, Cepsa y BP) deben importar la mayor parte del crudo que transforman en carburantes. En 2000, de las casi 65.000 toneladas de petróleo que se consumieron en España, el 90% se importó, principalmente de Arabia Saudí, Nigeria y Libia. España cuenta con una importante infraestructura para producir derivados del crudo. Tiene una capacidad de refino de 64,3 millones de toneladas al año y puede almacenar unos 8,7 millones de metros cúbicos. Cuenta además con una red de oleoductos de 3.422 kilómetros y a finales de 2000 contaba con 7.823 estaciones de servicio. Sin embargo, toda esta infraestructura sería inútil si el flujo de crudo se interrumpe. Por ello, es más apremiante la necesidad de apostar por energías alternativas al crudo por la preservación del medio ambiente y porque el 50% de los suministros de esta materia prima provienen de áreas consideradas políticamente inestables, que por la perspectiva de que el crudo se termine algún día.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_