Fronteras de la clonación

El anuncio de Advanced Cell Technology, una pequeña empresa de biotecnología, de que ha logrado crear un embrión humano con técnicas de clonación puede haber hecho tanto para obstaculizar como para ayudar a esta nueva ciencia. El trabajo de la empresa no es, en el mejor de los casos, más que un pequeño avance en la clonación terapéutica, un campo muy prometedor para la cura de un amplio espectro de enfermedades. (...) Pero este logro, exagerado por la empresa, hizo saltar casi de inmediato las alarmas en el Congreso y en la Casa Blanca. (...)

Por desgracia, al apresurarse a publicar unos resultados muy preliminares y orquestar una campaña en los medios para acompañar el anuncio, la empresa ha provocado represalias legislativas. (...) El Congreso ya ha aprobado una ley que prohibirá toda clonación humana, sea para fines reproductivos o terapéuticos, y la Casa Blanca ha pedido al Senado que haga lo mismo. Este enfoque (...) no consigue distinguir entre la clonación terapéutica potencialmente valiosa, ideada para producir células madre para la terapia humana, y la clonación reproductiva, más cuestionable, ideada para producir un bebé.

Es legítima la preocupación por la clonación reproductiva. Incluso la mayoría de los científicos que creen fervientemente en el valor de la clonación para fines de investigación consideran las técnicas de clonación demasiado primitivas y arriesgadas para su uso en la reproducción humana. (...) Si el Congreso quiere imponer una prohibición o una moratoria, debería orientarla únicamente a la clonación reproductiva. (...)

Nueva York, 27 de noviembre