Quién puede dar lecciones de democracia
He leído en esta sección de opinión un escrito del señor Juan Fernández Martín titulado Lección de democracia. Nos explica su compromiso político y el de su familia, razón por la cual quiero no sólo felicitarle, sino mostrarle mi reconocimiento, porque, en mi opinión, ojalá todo el mundo tuviese claro que tiene que comprometerse socialmente y ojalá todo el mundo pudiese sentir el orgullo de haber sido educado en una familia donde los valores de lucha por la libertad y por una sociedad más justa ya han estado presentes en todo momento.
Pero permítame que le diga que de esto, aunque no es demasiado común en la actual sociedad, tampoco puede otorgarse la exclusiva, como del hecho de haber conocido en propia carne lo que fue la dictadura fascista del general Franco. Muchas otras personas y sus familias lo sufrieron también, y muchas de ellas con consecuencias irreversibles.
Haber luchado por la recuperación de la democracia, haber sufrido la persecución fascista, no nos avala todo lo que podamos hacer ahora. Reconozcamos con sinceridad que, sin ser fascistas y habiendo luchado contra los fascistas, se pueden tener actitudes intolerantes, actitudes fascistas (violentas, agresivas...), porque el pasado no exime de errores presentes.
Yo no les explicaré mi vida, ni la de mi familia (nada fácil, por cierto), ni haré una competición para estar a la altura del zapato de nadie; sólo quiero decirles que las lecciones de democracia se dan cada día en los pequeños hechos cotidianos, sabiendo que hay personas que no comparten nuestras opiniones, pero no por eso es preciso insultarlas o cosas peores. Vengamos de donde vengamos, tenemos que continuar conquistando la libertad de convivir con la discrepancia respetuosa y, si puede ser, educada, que es por lo que luchó y murió tanta gente.
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