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Reportaje:

Las niñas de goma

Comienzan en Madrid los Campeonatos del Mundo de gimnasia rítmica

Promenade, giro attitude, cosaco, zancada círculo, jetté en tournant, dorsal o pencheé no son palabras que conozcan los jóvenes españoles. En cambio sí suenan a diario en las vidas de Almudena Cid, Jenifer Colino y Carolina Rodríguez, las tres españolas participantes en los Campeonatos del Mundo de Gimnasia Rítmica Individual que se disputarán desde hoy hasta el domingo en el pabellón habilitado de Ifema, en Madrid. 'Éste es nuestro mundo y el de ahí fuera, en el que vive la gente normal, es completamente distinto', afirman. Se entrenan de ocho a diez horas diarias seis días a la semana. Preparación física, técnica, clases de ballet, coreografía y estrategia o parte teórica. 'El trabajo al que estamos sometidas es realmente severo. Se dice fácil, pero son muchas horas de desgaste físico y al acabar estamos muertas', dicen.

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En apenas tres meses, la Federación Española de Gimnasia, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han puesto a punto las instalaciones del recinto ferial del Campo de las Naciones, tras la renuncia de Viena por motivos económicos. Pese a las bajas de siete países por la situación mundial tras los atentados en Estados Unidos, participarán alrededor de 150 gimnastas de 43 países, de las que saldrá una campeona mundial absoluta y otra de cada uno de los cuatro aparatos (aro, mazas, cuerda y pelota), así como un equipo dominador. Rusia, con Alina Kabaeva a la cabeza, serán de nuevo los favoritos ante Bielorrusia, Bulgaria y Ucrania. Y se aplicará el nuevo código de puntuación: 'Está siendo criticado por todos los países ya que supone duplicar el número de dificultades. Además, implica unas exigencias físicas y fisiológicas muy duras para las gimnastas, hasta el punto de que alguna no ha conseguido adaptarse a tiempo', explica Nina Vitrichenko, actual seleccionadora nacional. La ucrania, madre y entrenadora de Elena, la campeona europea y mundial de 1997, ocupa el cargo desde febrero.

Por primera vez en la historia de la rítmica van a encargarse de puntuar jueces profesionales. Todas ellas mujeres. 'Será un examen para las 24 porque ya no vienen representando a sus respectivos países, como ocurría hasta ahora, y el comité puede descartarlas si muestran favoritismos. La gimnasia rítmica necesita que las decisiones sean objetivas y justas. La teoría es muy buena y espero que funcione para acabar de una vez por todas con los escándalos', dice Vitrichenko. 'Se va a ver que hay un buen trabajo de las gimnastas españolas, muy constante, que dará sus frutos más adelante. Aún no se pueden exigir buenos resultados. Este es un deporte muy duro porque no depende sólo de tu actuación sino de cómo te puntúan', añade. Según Almudena Cid, de 21 años, la gimnasta con más títulos nacionales en Categoría de Honor, 'la discriminación en el trato hace que las españolas nos lo tengamos que pelear'.

Carolina Rodríguez tiene 15 años y apenas pesa 30 kilos. 'Nos dejan comer de todo, pero poca cantidad', se lamenta con timidez. El médico elabora una dieta estricta, compuesta por todo tipo de nutrientes y con las calorías estipuladas para que se mantengan en forma. 'Lógicamente tienen que estar delgadas para poder rendir en su actividad, pero están muy bien alimentadas', explica la seleccionadora. 'Hay más casos de anorexia en la calle que en la gimnasia'.

Desde pequeñas, estas niñas viven el sacerdocio del deporte de élite. Sus cuerpos son tan flexibles que a menudo duermen haciendo el espagar -una pierna estirada a la altura del hombro- e incluso viajan en avión con la cabeza apoyada sobre la rodilla. 'A veces piensas en marcharte, en dejarlo todo. Tienes que ser perseverante y es sacrificado por todas las horas de entrenamiento y porque tienes que cuidarte mucho cada día. Por ejemplo, Carolina está siendo infiltrada y Almudena tiene el menisco roto', confiesa Jennifer Colino, que acaba de cumplir 16 años.

Las 11 componentes del equipo nacional de rítmica viven juntas bajo la tutela de la federación salvo Almudena, que comparte habitación con otras deportistas en la residencia Blume.

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