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Crónica:FÚTBOL | Séptima jornada de la Primera División
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia recobra la confianza

El equipo de Benítez juega con sobriedad y derrota a un amedrentado Villarreal

Espoleado por las dificultades para cuadrar un once, el Valencia ha encadenado dos partidos muy sobrios que lo han reconciliado con su hinchada. El empate de Vigo y la victoria de ayer ante el Villarreal lo han vuelto a convertir en un hueso difícil de roer: no es ninguna casualidad que siga invicto después de siete jornadas de Liga. Es un equipo tremendamente difícil de batir. A la vista está que posee probablemente la defensa más implacable del campeonato. El centro del campo trabaja a destajo y Sánchez le ha dado al ataque la creatividad que le faltaba. Tampoco es para tirar cohetes, pero ayer fue muy superior a ese Villarreal que volvió a llegar amedrentado a Mestalla, acomplejado ante la opulencia de su primo hermano.

VALENCIA 1| VILLARREAL 0

Valencia: Cañizares; Curro Torres, Djukic, Pellegrino, Carboni; Rufete (Jandro, m. 87), Albelda, Marchena, Vicente; Sánchez (Serban, m. 72) y Salva. Villarreal: López Vallejo; Xavi Roca, Unai, Quique Álvarez, Arruabarrena (Galván, m. 76); Jorge López, Amor, Galca (Cagna, m. 60), Calleja (Guayre, m. 60); Víctor y Palermo. Goles: 1-0. M. 44. Gran pared entre Curro Torres y Sánchez que al final remata Salva a gol completamente solo. Árbitro: Pérez Burrull. Amonestó a Carboni, Unai, Xavi Roca, Arruabarrena, Quique Álvarez, Víctor y Marchena. Unos 42.000 espectadores en el estadio de Mestalla.

A pesar de las numerosas bajas, el Valencia presentó un equipo suficientemente competitivo para empequeñecer al Villarreal. De la decepcionante actuación de los chicos de Víctor Muñoz el peor parado resultó Jorge López, un exquisito interior derecho que ayer se borró por completo ante el poder de intimidación de Carboni. El italiano le comió el terreno de tal manera que Víctor Muñoz lo mandó al otro extremo, para que se midiera con un zaguero menos contundente, Curro Torres. Pero ni por ésas. No era la tarde de Jorge López. Tampoco la de Palermo, presa fácil ante la precisión defensiva de Djukic. Tratar de jugar con Palermo al contraataque no parece una idea demasiado brillante, sobre todo si se tiene a Craioveanu, mucho más rápido y habilidoso, en el banquillo.

El Valencia volvió a acercarse a la perfección en defensa, presionó muy fuerte en el centro del campo y fue ganándose la victoria a los puntos hasta que le salió, al filo del descanso, su mejor jugada de lo que va de campeonato: recogió el balón Curro Torres en el callejón del 8, pintó un par de paredes con Juan Sánchez y, finalmente, le entregó el balón franco a Salva para que éste marcara a puerta vacía.

Lo que no pudo Rufete hasta entonces, desbordar por la derecha, lo logró Curro Torres a las primeras de cambio. Y resultó decisivo, pues hasta entonces todo el dominio valencianista moría a orillas de Salva. Curro Torres, que debutó en Primera en la primera jornada de Liga, parece afianzarse progresivamente en la categoría. Ya no sólo protege su banda, sino que además sube con cierta naturalidad.

Curiosamente, todo la serie de ausencias que le se han acumulado a Benítez esta semana le han venido bien al equipo. La entrada de Sánchez, por ejemplo, ha resultado muy beneficiosa. Es esencial en la fabricación de oportunidades para su equipo. La de Marchena también, más que nada porque sale ganando de la comparación con De los Santos. Vicente, además, se siente más suelto sin la amenaza del Kily en el banquillo.

La tendencia del choque no hizo sino acentuarse tras el descanso. La producción ofensiva de Sánchez volvió a ser muy fértil mientras que Albelda tocaba la corneta de la presión en la medular. A todo esto, el Villarreal era cada vez más chico, sin capacidad de reacción, sin alma ni toque. Ni siquiera el delantero Víctor, tan habitual en las grandes citas, dio señales de vida.

De ahí que Víctor Muñoz recurriera a Cagna y Guayre para rescatar a su equipo de la mediocridad. Y mejoró ocasionalmente el Villarreal cuando Víctor probó con un disparo a la escuadra la buena forma de Cañizares, que despejó a córner. Pero fue un coletazo fugaz. El Valencia siguió tan dueño del encuentro como en el primer minuto, demasiado poderoso atrás y en el medio para un rival tan tímido y acomplejado.

Los jugadores del Valencia se abrazan a salva tras su gol.
Los jugadores del Valencia se abrazan a salva tras su gol.CARLES FRANCESC

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