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AJEDREZ

Kaspárov: "Krámnik debe ganarme otra vez"

El 'número uno' insiste en la revancha para que el campeón sea el mejor

Vladímir Krámnik tiene la obligación moral de probar que su victoria en el Mundial oficioso de Londres, hace un año, no fue accidental. Lo dice su víctima, Gari Kaspárov, quien desde entonces ha ganado tres torneos muy importantes: Wijk aan Zee (Holanda), Linares y Astaná (Kazajstán). El 'número uno' insiste en pedir la revancha, pero no cierra del todo la puerta de su participación en el Torneo de Candidatos de 2002.

"Es verdad que el pasado otoño yo sufrí una tragedia, pero he ganado nueve de los diez torneos jugados durante los últimos dos años y medio. Más concretamente, gané ocho torneos en solitario y compartí la otra victoria con Krámnik [en Linares 2000]. ¿Qué progreso ha realizado Krámnik en todo ese tiempo?", se pregunta el excampeón en una entrevista publicada por el Club Kaspárov en Internet.

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Kaspárov reconoce implícitamente el gran acierto de Krámnik en Londres al elegir el 'muro de Berlín' (una estructura ultrasólida, que propicia partidas muy aburridas) como su principal defensa con las piezas negras, que el entonces campeón fue incapaz de romper. Lo hizo siete meses después en Astaná, donde venció a Krámnik en la última ronda. Pero puntualiza: "Intuyo que Krámnik estima en menos de un 50% sus posibilidades de ganarme, y por eso no quiere correr ningún riesgo ahora (…) a pesar de que la revancha generaría mucho dinero. No puede agarrarse otra vez al 'muro de Berlín'. ¿Y qué hará si tiene que jugar las aperturas más usuales? (…) No importa por cuánto dinero defienda su título ni contra quién -Leko, Topálov o cualquier otro-, porque el objetivo es no jugar contra mí".

A continuación, Kaspárov arremete contra el empresa británica Brain Games, organizadora del duelo de Londres. Primero se queja de la sede, Riverside Studio, que califica como "un término medio entre una pista de balonmano y un establo", y recuerda que él ganó y defendió su título en escenarios tan prestigiosos como el Teatro Chaikovski en Moscú, los hoteles Park Lane y Savoy en Londres o el Teatro Lope de Vega en Sevilla.

Y duda de la solidez financiera de esa empresa: "De acuerdo con el contrato que firmamos, Brain Games podía obligarme en noviembre a jugar el Torneo de Candidatos de 2002, siempre que me pagase cierta cantidad de dinero en ese momento. No lo hizo. Obviamente, Brain Games nunca tuvo dinero en su cuenta. Ahora me invitan a jugar [el Torneo de Candidatos] en Dortmund pero ¿dónde está su depósito [bancario]?"

Kaspárov asegura que la solvencia de Brain Games depende del Gobierno de Bahrein, patrocinador del duelo entre Krámnik y el programa Fritz, anunciado para este mes y aplazado al primer trimestre de 2002 por los atentados terroristas contra EEUU. "Si ese duelo no es un gran éxito, Brain Games caerá en bancarrota". Pero da la impresión de que Kaspárov deja una puerta abierta: "Si esa empresa quiere que participe en algún torneo, debe probar que dispone de suficientes recursos financieros para organizar y mantener el nuevo ciclo [del Mundial]".

A los 38 años, Kaspárov considera que puede mantenerse en la cima durante un lustro más. Y, sobre esa base, especula: "Krámnik va a adoptar una táctica de esperar y ver durante dos años, como mínimo. Yo tendré entonces 40 años; él, con 28, estará en el pico de la buena forma. Poco a poco, la gente se olvidará de los detalles, y la presión sobre él se reducirá".

Pero, ¿no fue Kaspárov quien siempre se manifestó en contra del derecho a la revancha, incluso tras destronar a Anatoli Kárpov en 1985? "Sí, la idea de la revancha es un error, porque nadie debe obtener automáticamente el derecho de retar al campeón". Pero sostiene que su caso es excepcional: "Ahora defiendo firmemente mi derecho a la revancha porque gano todos los torneos que juego, incluso aquéllos donde juega Krámnik, quien no necesita buscar otro rival".

Kaspárov apenas cita a la Federación Internacional (FIDE), cuyo campeón es el indio Viswanathan Anand, y no abunda en su revelación del mes pasado (ver EL PAÍS del 17 de septiembre) sobre una oferta de "mucho dinero" que le hizo ese organismo para que juegue el Campeonato del Mundo oficial en Moscú (del 27 de noviembre al 12 de diciembre), en lugar del torneo triangular que disputará en la misma ciudad con Krámnik y Kárpov del 1 al 12 de diciembre. Sí sugiere que se organice un Torneo de Candidatos -aunque no precisa quién debe hacerlo- cuyo vencedor se enfrente al perdedor del duelo de revancha que exige frente a Krámnik. Y concluye: "Si Krámnik me gana otra vez, ya no habrá más discusiones".

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